Agencias
WASHINGTON, EU.- El presidente Donald Trump nominó este jueves como secretario de Trabajo al abogado el cubanoamericano Alexander Acosta, decano de la Escuela de Derecho de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), según publicó el sitio web de Univision.com

Este nombramiento sucedió luego de que su primer opción, Andrew Puzder -un ejecutivo de la industria de la comida rápida- retirara este miércoles su nominación tras la oposición de varios senadores republicanos por su posición frente a algunos temas laborales y por haber contratado a una indocumentada como trabajadora de servicio.

De este modo, el presidente estadounidense logró un doble golpe de efecto: reemplazar rápidamente a un nominado débil como era su predecesor, Andrew Puzder y la ausencia total de hispanos en su equipo de gobierno.

Acosta, nacido en Miami, tiene una amplia experiencia en leyes laborales y destaca su trabajo en juicios de alto perfil cuando se desempeño como fiscal de distrito del sur de Florida.

El nominado de Trump fue el primer hispano que se desempeñó como asistente del fiscal general de EU, designación hecha por el presidente George W. Bush.

Entre los casos más destacados que enfrentó como fiscal de distrito está la demanda contra el banco suizo UBS, que tuvo que pagar multas que ascendieron a 780 millones de dólares y por primera vez dar nombres de estadounidenses con cuentas en esa entidad financiera protegidos por el secreto bancario para evadir el pago de impuestos.

Otro de sus cásos célebres fue contra el narcotraficante colombiano Gilberto Rodríguez Orejuela, capo del Cartel de Cali, condenado por el tráfico de cocaína al sur de Florida.

Acosta se graduó de abogado en la Escuela de Derecho de la Universidad de Harvard y fue asistente del juez Samuel Alito en la Corte de Apelaciones del Tercer Distrito.

Defensor de musulmanes

También fue miembro de la Junta Nacional de Relaciones Laborales, designación hecha también por el presidente Bush.

Paradójicamente Acosta ha sido un activo defensor de los derechos civiles de minorías, especialmente de los musulmanes, en momentos en que el nuevo gobierno intenta implementar medidas migratorias restrictivas contra países que profesan esa religión.

En 2011 testificó ante el Congreso defendiendo las libertades religiosas y de expresión.

Otro elemento destacado es que la FIU, para la que trabaja actualmente como decano es una de las universidades del país que ampara a estudiantes dreamers protegidos por DACA.

Pero también se le criticó por su papel desempeñado cuando era asistente del fiscal general en 2004 al notificar a un juez federal que el Departamento de Jusitica no veía inconvenientes con un plan republicano para colocar fiscalizadores en sitios de votación durante las elecciones, especialmente en barrios de población negra, según denunciaban políticos demócratas.

Esta fue una de las razones por las cuales no logró un puesto como decano de la Escuela de Derecho de la Universidad de Florida y como presidente de la misma escuela en la FIU, donde actualmente es decano.