Un pueblo que no respeta los abuelos no tiene futuro: Papa

Francisco afirmó durante la homilía de esta mañana que vivimos en una época en la cual los ancianos no cuentan.

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El Pontífice muestra la conocida como "Misericordia", una caja que contiene un rosario, durante el rezo del Ángelus desde la ventana de San Pedro en el Vaticano. (EFE)
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Agencias
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco afirmó hoy que un pueblo "que no respeta a los abuelos perdió la memoria y por ende no tiene futuro".

Lo afirmó esta mañana en la homilía de la misa matinal en la casa de Santa Marta de la cual la radio vaticana difundió algunos fragmentos.

"Vivimos en una época en la cual los ancianos no cuentan. Es feo decirlo, pero se descartan. Porque dan fastidio", dijo.

En cambio, "los ancianos son los que nos traen la historia, nos traen la doctrina, nos traen la fe y nos la dan en herencia. Son los que, como el buen vino añejado, tienen esta fuerza dentro para darnos una herencia noble".

El Papa, según la radio vaticana, comentó el caso bíblico del anciano Eleázaro, que eligió el martirio por coherencia con su fe en Dios y para dar un testimonio de rectitud a los jóvenes.

El Papa pidió rezar por los abuelos, quienes tuvieron un papel heroico en la transmisión de la fe en épocas de persecución

"Este hombre, observó Francisco, frente a la elección entre la apostasía y la fidelidad, no duda", rechazando "esa actitud de fingir, de fingir piedad, de fingir religiosidad...". Por el contrario, en vez de pensar a sí mismo, "piensa en los jóvenes", a lo que su acto de coraje podrá dejarles en recuerdo: la coherencia de este hombre, la coherencia de su fe, pero también la responsabilidad de dejar una herencia noble, una herencia verdadera".

De acuerdo con el sitio web ansa.it, el Pontífice recordó una historia escuchada cuando pequeño. Protagonista es una familia: papá, mamá, tantos niños, y el abuelo, que cuando en la mesa comía la sopa "se ensuciaba la cara". Molesto el papá explica a los hijos por que el abuelo se comporta así y compra una mesa separada donde aislar al padre. Ese mismo papá un día vuelva a casa y ve a uno de los hijos jugando con la madera. 

¿"Qué haces"? le preguntó. "Una mesa", respondió el niño. ¿"Y por qué?". "Para ti papá, para cuando seas viejo como el abuelo".

"Esta historia me hizo bien toda la vida, subrayó. Los abuelos son un tesoro. La memoria de nuestros antepasados nos lleva a la imitación de la fe, prosiguió Francisco. Realmente la vejez tantas veces es un poco fe. Por las enfermedades que lleva y todo ésto, pero la inteligencia que tiene nuestros abuelos es la herencia que nosotros tenemos que recibir. Un pueblo que no custodia a los abuelos, un pueblo que no respeta a los abuelos, no tiene futuro, porque no tiene memoria, perdió la memoria".

"Nos hará bien, fue el comentario final de Jorge Bergoglio, pensar en tantos ancianas y ancianos, tantos que están en las casas de reposo y también tantos, es fea la palabra pero digámosla, abandonados a ellos mismos. Son el tesoro de nuestra sociedad".

"Recemos por nuestros abuelos, nuestras abuelas, que tantas veces tuvieron un papel heroico en la transmisión de la fe en épocas de persecución, concluyó. 

"Cuando papá y mamá no estaban en casa y también tenían ideas extrañas, que la política de ese tiempo enseñaba, fueron las abuelas las que transmitieron la fe. El cuarto mandamiento: es el único que promete algo a cambio. Es el mandamiento de la piedad. Ser piadoso con nuestros antepasados". 

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