Divorciados 'ven una luz al final' del... Vaticano

Durante la asamblea episcopal, los obispos plantearon una vía misericordiosa para que las personas que terminen su matrimonio no sean marginados.

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El Papa Francisco a su llegada al Sínodo del Vaticano para analizar los desafíos de la familia en el contexto actual. (Agencias)
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Agencias
CIUDAD DEL VATICANO.- Una vía misericordiosa con los divorciados y vueltos a casar, que no los margine y más bien los integre a la vida de la Iglesia, se ha abierto paso hoy en una asamblea episcopal convocada por el Papa Francisco en El Vaticano.

El tema de los divorciados formó parte de las discusiones de los 191 padres sinodales que siguen sesionando a puertas cerradas en el Aula Nueva del Sínodo del Vaticano para analizar los desafíos de la familia en el contexto actual, según publica Notimex.

Dos discursos personales animaron el debate, que ya se planteó en torno a dos grandes ideas: una que sostiene a ultranza la doctrina de la Iglesia (que no acepta la ruptura de los matrimonios) sin abrir posibilidad alguna al análisis de casos especiales.

Y otra más, abierta a explorar caminos de acogida, aunque sin poner en riesgo el precepto de la indisolubilidad del matrimonio católico.

Uno de estos mensajes fue pronunciado por el cardenal arzobispo de Viena, Cristophe Schonborn, quien confesó ante el pleno que él es hijo de divorciados, ha vivido en su piel el estigma de vivir en una familia desintegrada y llamó a no ignorar la soledad que se vive en estas situaciones.

El tema de los divorciados formó parte de las discusiones de los 191 padres sinodales que siguen sesionando a puertas cerradas en el Vaticano

Otro obispo clamó: “Hermanos debemos, antes que nada, arrodillarnos delante del espíritu santo. No somos jefes de la misericordia de Dios, lo que Jesús pidió a los apóstoles es evangelizar y sanar”.

Siguiendo en esa misma línea, varios de los participantes en el Sínodo se refirieron al camino penitencial que podrían emprender las personas divorciadas y vueltas a casar a las cuales se les podría, en ciertos casos, conferir la comunión (algo que hasta ahora está vetado).

De acuerdo con el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, se evidenció la necesidad de un itinerario penitencial, acompañado por una reflexión sobre los divorciados que se han quedado solos, que a menudo sufren en silencio, marginados de la vida social.

Algunos obispos incluso dieron ejemplos de cómo ellos siguen caminos penitenciales con parejas divorciadas, un itinerario basado en la reflexión sobre el impacto en los hijos de la ruptura, la reparación de las injusticias cometidas contra los exesposos y cómo se afronta la relación con Dios en la nueva realidad de separados.

“En segundo lugar, se ha subrayado la necesidad de tutelar a los hijos de los cónyuges divorciados a los impactos psicológicos del divorcio sobre ellos. En este ámbito ha sido recordado que una adecuada pastoral de los niños puede, a menudo, acercar a sus padres a la Iglesia”, agregó Lombardi.

Sobre la concreta propuesta de abrir a la comunión a los divorciados, uno de los asistentes recordó cómo fue catalogado de “innovador y revolucionario en su tiempo” cuando el Papa Pío X (1903-1914) instauró la apertura de la eucaristía a los niños, que hasta ese momento no la recibían.

También surgió la preocupación de algunos obispos por el impacto del divorcio en los niños, que son tratados como “pelotas de ping pon” que pasan de una casa a otra en los fines de semana.

“¿Qué influencia puede tener en los niños un lenguaje típico del divorcio? Que ellos escuchen hablar de la novia de mi papá, el novio de mi mamá. De eso también se debe reflexionar”, apuntó uno de los obispos.

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