El Vaticano beatificará al 'Angel surfista'

Guido Schäffer ofrecía atención médica y espiritual a personas de escasos recursos; murió ahogado cuando practicaba surf.

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Fotografía tomada en abril de 2010 en la que se registró al prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Ángel Amato, quien anunció el inicio del proceso. (EFE/Archivo)
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EFE
RÍO DE JANEIRO, Brasil.- El Vaticano autorizó la apertura del proceso de beatificación del médico brasileño Guido Schäffer, un seminarista que se caracterizó por su compromiso con las causas sociales y que murió en 2009, a los 34 años, cuando practicaba surf, una de sus pasiones, informaron hoy fuentes eclesiásticas.

La Arquidiócesis de Río de Janeiro, que postuló la candidatura del médico y surfista a beato, informó en un comunicado de que recibió del prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Ángel Amato, el "Nihil Obstat", un documento en que el Vaticano indica que no se opone a la apertura del proceso de beatificación.

"Ahora instalaremos un tribunal para dar inicio a los trabajos", según el comunicado de la Arquidiócesis, que envió en mayo pasado al Vaticano la petición de concesión del "Nihil Obstat" junto con relatos de la vida del candidato "que comprueban que vivió de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia".

Schäffer es conocido por algunos católicos cariocas como "el ángel surfista" por su compromiso con las causas sociales y la lucha contra la pobreza en Río de Janeiro, así como por su pasión por la tabla de surf, que no abandonó ni en el seminario.

El médico, que ofrecía atención médica y espiritual a personas de escasos recursos, murió ahogado el 1 de mayo de 2009 tras sufrir una contusión en la nuca cuando practicaba surf en una playa de Río de Janeiro.

En la época tenía 34 años, trabajaba gratuitamente como médico en el hospital Santa Casa de la Misericordia y estaba a pocas semanas de ser ordenado como sacerdote.

"Su historia inspira cada vez más a otros jóvenes a seguir el camino de la santidad sin dejar de vivir todas las cosas propias de la juventud", según la Archidiócesis de Río de Janeiro.

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