Agencias
CARACAS, Venezuela.- Tras el anuncio de un empeoramiento del estado de salud del presidente venezolano Hugo Chávez, cientos de sus seguidores se congregaron hoy en el Hospital Militar de esta capital para apoyar al líder de la Revolución Bolivariana, según publica Notimex.

En los alrededores del céntrico nosocomio, hombres y mujeres de todas las edades, ataviados con franelas rojas, portaron afiches alusivos a la "revolución bolivariana" y trataron de indagar con familiares de pacientes algo más sobre la salud del jefe de Estado.

Desde que se informó que Chávez fue internado en ese centro asistencial, sus instalaciones fueron tomadas militarmente y el acceso a las diversas áreas hospitalarias ha sido restringido, incluso para el personal médico y paramédico.

La noche del lunes, el ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas, dijo en cadena nacional de radio y televisión que el presidente Chávez había presentado una "nueva y severa" infección respiratoria y que su estado general de salud continúa "muy delicado".

En un recorrido por los alrededores del Hospital Militar se puede observar desde este martes diversos autobuses procedentes del interior del país con personas afectas al presidente, que a viva voz expresan su apoyo y solidaridad con el mandatario allí internado.

Periodistas de medios privados, que en principio acudieron al sitio masivamente, ahora se han reducido a menos de la mitad e incluso entre ellos hay quienes se atreven a asegurar que el mandatario venezolano no se encuentra hospitalizado en ese nosocomio.

La dirigente de un grupo chavista del central estado Aragua, Dilia Rivas, informó que partidarios del mandatario realizarán este martes una gran vigilia en la parte posterior del hospital para rezar por la recuperación del gobernante.

"Estamos seguros de que se va a recuperar y va a retornar pronto a Miraflores a encargarse de su coroto (gobierno), porque él está aferrado a Cristo y además porque los pobres de este país lo necesitamos para que nos ayude y proteja", enfatizó.

María Fernández, integrante del Comando Socialista "Argelia Laya", indicó por su parte que piden a Dios por la recuperación de Chávez, pero también están dispuestos a "contrarrestar a la derecha que se burla a cada instante de la salud del comandante".

José Natividad Flores, vendedor de estampas religiosas en las afueras del hospital castrense, aseguró que Chávez sí está hospitalizado en ese centro de salud y que eso se nota en el ambiente de apoyo popular que mantiene durante todo el día.

"Tenemos fe de que pronto va a salir vivito y coleando por esa puerta", aseveró Flores, mientras decenas de buhoneros (vendedores ambulantes) se aglutinan en los espacios concurridos para ofrecer franelas, gorras, afiches y fotografías de la familia presidencial.

Preparan a Venezuela

El médico colombiano Carlos Castro consideró hoy que el gobierno venezolano está preparando a la población para la muerte del presidente Hugo Chávez, debido al deterioro que ha presentado su salud.

El especialista en tratamientos de cáncer dijo que el más reciente comunicado del gobierno de Caracas sobre la evolución del mandatario venezolano evidencia la "situación delicada" en que se encuentra Chávez, la cual a su juicio puede ser "definitiva".

"La situación de Chávez parece muy delicada y percibo que nos están preparando para la noticia definitiva (de su muerte), que creo que se va a dar en pocos días", señaló el oncólogo colombiano en declaraciones a la emisora Caracol.

Para Castro, el fuerte tratamiento de quimioterapia que se le aplica a Chávez "no es agua bendita, pues tiene sus problemas. Hay cosas que ya se escapan del control oncológico y la naturaleza va a seguir su curso".

Consideró probable que el presidente venezolano esté sedado, lo que le generaría, según afirmó, dificultades para tomar decisiones propias de su investidura, tal como lo aseguran allegados al gobierno venezolano.

"Yo no imagino a un paciente en esas condiciones, como la de Chávez, liderando un consejo de ministros durante cinco horas", dijo Castro, al poner en duda informes según los cuales desde su lecho de enfermo sigue dando órdenes.