'¿Por qué el Papa viene a vernos si no somos importantes?'

Para los habitantes de Bañado Norte es sorprendente que el Pontífice haya elegido visitar esa zona de Paraguay.

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Rubén Darío Morales vende ropa y alimentos en la tienda que regenta en el exterior de su casa en el barrio de Bañado Norte, zona donde llegará el Papa Francisco. (Agencias)
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Agencias
ASUNCION, Paraguay.- Cada día antes del amanecer, Silveria Cuéllar dedica una hora a fabricar artesanalmente un rosario de cinco metros con cuentas multicolores, que sueña obsequiar al Papa Francisco cuando se reúna enfrente de su casa el 12 de julio con los vecinos de la empobrecida zona conocida como Bañado Norte de la capital paraguaya, que nunca ha recibido una visita de esa importancia.

El Papa estará en el país entre el 10 y 12 de julio en el último tramo de su gira pastoral, que lo llevó previamente a Ecuador y Bolivia, según publica The Associated Press.

Bañado Norte es la denominación popular de un amplio territorio a orillas del apacible río Paraguay, a unos siete kilómetros del centro de Asunción. Unos 10 kilómetros aguas abajo está el Bañado Sur, de características similares.

La zona, con abundante barro debido a una inundación reciente, está dividida en tres pequeños barrios: Caacupemí, con una población por debajo de la línea de pobreza cuyos habitantes se dedican mayormente al reciclado de basura y viven en casitas de madera y cartón; San Juan Bautista y Santa Cruz, con vecinos pobres pero no en estado de absoluta miseria.

Francisco hablará a los fieles católicos en el último día de su visita a Paraguay enfrente de la casa de Cuéllar, una de las encargadas de cuidar la cancha de fútbol sin césped que albergaría a unos 50 mil individuos.


Un grupo de jóvenes se reúne para jugar al fútbol en el campo del club San Juan en el barrio de Bañado Norte donde el Papa se reunirá habitantes de la zona. 

"Tenemos una capilla muy pequeña en donde no se hace misa, solo el acto semanal conocido como celebración de la palabra a cargo de un diácono, enviado por la parroquia Sagrada Familia que está en otro barrio alejado del nuestro", dijo a la Associated Press el esposo de Silveria, Francisco Rodríguez, presidente de la comisión vecinal.

Rodríguez, de 57 años, es además el presidente del club de fútbol San Juan Bautista, en cuya cancha de 67 metros por 50 estará el Papa Francisco.

"Frente al púlpito serán ubicados unas 500 sillas para personas con discapacidad, así que los fieles en general estarán distribuidos por las angostas calles de los alrededores", dijo Rodríguez. 

"Existe un entusiasmo moderado por la visita del Papa; incluso, algunos vecinos y amigos me dicen: resérvame un sitio frente al Papa. Ellos no saben que la organización está a cargo del Vaticano y no de nosotros, los vecinos".

Teodora Riveros, presidenta de la Comunidad Católica Santa Cruz, pequeña capilla vecina del oratorio San Juan Bautista, dijo que la mayoría de las personas "desconoce por qué Francisco vendrá a traernos un mensaje de alegría justo a nosotros, que no somos nada importante en la sociedad porque vivimos en una zona pobre".

"Tal vez vendrá porque, como él, es jesuita y aquí en la capilla Santa Cruz tiene su residencia nada menos que el sacerdote Alberto Luna, provincial de los jesuitas en Paraguay", conjeturó.


Varios cerdos buscan comida entre la basura en el patio de un residente en el barrio de Bañado Norte, zona que visitará el Papa Francisco.

Pero el padre Luna dijo a la AP: "El santo padre tiene sus inspiraciones y toma sus mejores decisiones. Estamos agradecidos porque nos eligió".

"La comitiva de funcionarios del Vaticano estuvo por aquí un par de veces y aprobó el sitio", relató.

Sin embargo, el sacerdote jesuita Adams Jacquet, también de la capilla Santa Cruz, ubicada a 100 metros de San Juan Bautista, tuvo otro punto de vista: "Con su presencia entre los pobres, el sumo pontífice se ahorrará un largo discurso".

"Pisando el barro y caminando entre la miseria dará el ejemplo de que la opción por los pobres no es pura retórica. El santo padre vendrá a los pobres, en la práctica".

"Además, en San Juan Bautista existe una cancha de fútbol para ubicar a los hermanos discapacitados y a los fieles. En Bañado Sur están miles de pobres, pero no hay un lugar que responda a las exigencias de seguridad del Vaticano".

Ingresar a Bañado Norte es un calvario. El camino es de tierra con una superficie llena de pozos y barro.

Por las noches, la seguridad no está garantizada.

La alcaldía municipal de Asunción cumplió su promesa de poner el camino de acceso de tierra apisonada en buenas condiciones para cuando llegue el Pontífice.


Muchos de los que viven en Bañado Norte trabajan en la planta de procesamiento de carne en el vecindario de Tablada Nueva, en Asunción.

Daniel Ortega, un vendedor de menudencias que publicitaba con un altoparlante sus productos a bordo de una camioneta, comentó a la AP: "Ojala el Papa nos visite cada año, así se arreglan las calles..."

Las moto-carros se hamacan al transportar lentamente su cargamento de residuos no orgánicos, recogidos en otros lugares de la ciudad, para que los recicladores rescaten algún desperdicio que, todavía, podría ser útil.

Uno de esos vehículos utilitarios con una enorme bocina antigua, conducido por Wilson Valdez, ofrece frutas y verduras casa por casa, haciendo con dificultades su itinerario.

"Hace años que realizo este trabajo en la zona y es la primera vez que la municipalidad está drenando la calle. Este es el primer milagro del Papa Francisco", expresó con una sonrisa a la AP.

Magadalena Ramos, de 51 años, quien tiene un hijo de 26 años en cama por problemas neurológicos congénitos, quiere que "el Papa lo vea y pida a alguien una donación de silla de ruedas y tratamiento médico".

Con relación al fervor católico por la visita del santo padre, dijo en guaraní: "No veo aún un gran entusiasmo. Tal vez días antes sí haya entusiasmo".

Según la dirigente católica Riveros, "aquí convivimos sin problemas los católicos, pentecostales, Testigos de Jehová y mormones. Cada iglesia envía a sus misioneros casa por casa para predicar".

"Los vecinos los reciben con amabilidad, pero cada persona tiene su propia creencia", añadió.

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