¿Bajó la violencia? 2. Tendencias

Cinco estados han tenido reducciones espectaculares en sus índices de ejecuciones: Zacatecas, menos 75 %; Nuevo León, menos 73 %; Jalisco, menos 55 %, Durango, menos 47 %; Morelos, menos 39 %.

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La más reciente medición independiente de la violencia en México, hecha por Eduardo Guerrero, indica una reducción sustancial de homicidios y ejecuciones. El hecho se explica por varias tendencias dignas de nota porque suponen cambios clave en el paisaje de la inseguridad del país.

La violencia, dice Guerrero, sigue teniendo una fuerte concentración regional pero parece haberse desplazado de las grandes urbes hacia municipios medianos, pequeños y zonas rurales.

Primera tendencia: las organizaciones criminales, acosadas por la fuerza pública, no buscan expandirse a grandes plazas o hacerse de ciudades, sino que se repliegan sobre territorios menos accesibles, donde ejercen un previo dominio.

Cinco estados han tenido reducciones espectaculares en sus índices de ejecuciones: Zacatecas, menos 75 por ciento; Nuevo León, menos 73 por ciento; Jalisco, menos 55 por ciento, Durango, menos 47 por ciento; Morelos, menos 39 por ciento.

Segunda tendencia: Lo común a todos estos casos de éxito es que se trata de estados que han hecho esfuerzos por crear policías locales fuertes, con mandos únicos estatales.

Es notorio también desde 2011 el descenso, junto con homicidios y ejecuciones, de delitos sexuales (-20%) y secuestro (-15%).

En cambio, ha crecido exponencialmente (+151 %) el delito de “extorsión presencial” o “derecho de piso”. Hubo, en 2013, 93 víctimas de extorsión por cada 10 mil unidades económicas; en 2014, la proporción subió a 223 víctimas  por cada 10 mil unidades.

Tercera tendencia: el repliegue de las bandas criminales las induce a volcarse sobre la extorsión de las comunidades que tienen a la mano, donde las autoridades locales son sus cómplices o sus rehenes.

Cuarta tendencia. En materia de ejecuciones, los diez municipios más violentos del país en 2014 fueron Acapulco (347 ejecuciones), Culiacán (301), Ciudad Juárez (245), Tijuana (205), Chihuahua (186), Torreón (132), Chilpancingo (116), Morelia (108), Iguala (103) y Reynosa (96).

El análisis exhaustivo sobre estas tendencias, con cifras, gráficas y riqueza de detalles, puede encontrarse en Eduardo Guerrero: “¿Bajó la violencia?”, Nexos núm. 446, febrero 2015.

(Mañana: Violencia: 3. ¿Qué hacer?)

 

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