Divididos, sí serán vencidos

No cabe duda de que el poder y la falta de liderazgos debilitan, y la debilidad divide. Los dos casos más emblemáticos son el PAN y el PRD, como en su momento, hace una década, fue el PRI.

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Aquí en la suspensión, espero temporal, del sentido común.- Florestán

No cabe duda de que el poder y la falta de liderazgos debilitan, y la debilidad divide.

Así le pasa a los partidos políticos.

Hoy, los dos casos más emblemáticos son el PAN y el PRD, como en su momento, hace una década, fue el PRI.

En el PAN la división es más cupular que de bases, que tampoco tienen muchas, de acuerdo con el último conteo del INE, y en el PRD es de jefes y tribus.

La más visible del panismo es la de Gustavo Madero, y los suyos, con Felipe Calderón, y los llamados calderonistas, que son una minoría.

Dicen los seguidores de Madero que el partido se encuentra en su mejor momento electoral y que si Calderón se quiere ir, que se vaya. Ya le adelantaron el mensaje con su portazo a Margarita Zavala, a la que impidieron ser candidata a diputada plurinominal; con el procedimiento para expulsar a Javier Lozano y con la carta de Juan Molinar, el mismo que promovió la sanción al senador poblano, contra el ex presidente, del que fue su director en el IMSS y titular de la SCT, lo que documenta en su carta-respuesta: Querido Juan, mientes, y su diagnóstico de la amargura que negó.

En el PRD, Los Chuchos han iniciado la ofensiva contra Alejandro Encinas, vía la senadora Angélica de la Peña, esposa de Jesús Ortega, y también buscan cómo sacar a Miguel Barbosa de la coordinación en el Senado, lo que acabó fracturando su plenaria, además del efecto Morena, que indiscutiblemente disminuirá su militancia.

Mientras, el PRI, a diferencia del desierto que cruzó tras la derrota presidencial de 2000, cuando se rompió y enfrentó en su orfandad, hoy marcha sin amenazas de división porque, a diferencia de aquella década, hay un liderazgo indiscutible en el partido: el presidente Peña Nieto.

Así llegan a las campañas los tres partidos grandes y ya veremos el 7 de junio si divisiones y unidad tienen impacto en el electorado y en los resultados, si les dan o les quitan.

Pero, insisto, la división en un partido se da por falta de un liderazgo fuerte, que cohesione, no que rompa, sinónimo de debilidad.

Retales

1.Operación. El caso de la Línea 12 lo operó Marcelo Ebrard de tal modo que logró medios, defensa del PRD, y hasta de López Obrador, y dijo que se registrará como candidato a diputado, con el fuero que conlleva, por el mismo PRD, que era su plan B, ya no por Movimiento Ciudadano, que sigue siendo su plan A;

2.Contrabando. De avanzar en las investigaciones sobre la mayor red de contrabandistas de textiles, algunos conocidos van a pasar de las páginas de sociales a la de nota policiaca. Por cierto, varios de los señalados ya están en Miami; y

3.Cuña. Beatriz Mojica, precandidata del PRD al gobierno de Guerrero, denunció la campaña sucia en su contra. Que pregunte en el mismo PRD sobre el especialista en campañas negras que importaron de España.

Nos vemos el martes, pero en privado

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