Y vuelven los transportistas

Los transportistas se siguen quejando de los altos costos de operación y elevados precios en sus insumos.

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Y de nuevo los transportistas vuelven a la carga en Yucatán; ahora, como informó Milenio Novedades, los empresarios buscan un incremento de tres pesos al pasaje de adulto y de dos pesos a la tarifa social (niños, personas de la tercera edad, estudiantes y gente con capacidades diferentes), para llegar a 9 y 5 pesos, respectivamente.

Claro está que dejan entrever que están dispuestos a “negociar” (es decir a reducir un poco su propuesta) “por un precio con el que el sector esté de acuerdo”.
Prestos, los camioneros fundamentan los aumentos con un estudio realizado por un despacho profesional (el cual contrataron) “que demuestra las cantidades que hoy deberían de ser las apropiadas para que el sistema de transporte funcione correctamente”.

Los transportistas se siguen quejando (como lo hicieron hace unos meses) de los altos costos de operación y elevados precios en sus insumos, principalmente en el de la gasolina que usan,  que ha llegado a 11.11 pesos el litro. También recuerdan un pendiente pago que dejó la administración del gobierno anterior en su perjuicio.
De aceptarse los incrementos, ahora el usuario sacará de sus bolsillos 36 pesos al día, por lo menos, siendo que el yucateco promedio utiliza 4 camiones para transportarse a cualquier sitio; ni hablar si uno decide salir “a dar la vuelta” con su familia de mínimo tres integrantes.

También de aprobarse un alza esta vez el ciudadano deberá tener  todo el derecho de exigir las condiciones óptimas de “las máquinas” (como los conductores les llaman), la seguridad de un asiento al abordar (y no ir parado y “aplastado”), así como un trato digno y respetuoso.
No hay que olvidar que la mayoría de los estudiantes del Estado se han quejado en varias ocasiones del maltrato de los choferes, así como las personas de la tercera edad de que no les dan parada.

Como empresa, a los transportistas les ha faltado visión; recuerdo que antiguamente ofrecían sus unidades para colocarles curiosos y vistosos anuncios que terminaban por circular por toda la ciudad, ahora muy pocos lo hacen.
También habían pretendido la publicidad en los boletos de autobuses para generar ingresos extras (para mantenimiento de los camiones) sin perjudicar al usuario y,  por el contrario, ofrecerle descuentos en los “tiquets”.  ¿Por qué se acabó todo esto?

Por último, también tengo que reconocer e informarle que el transporte en la mayoría de otros estados cuesta 8 pesos en adultos y la mitad del costo para tarifa social.

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