Recorre presidente de Guatemala zonas devastadas por sismo

El gobernante, Otto Pérez Molina, admitió que era difícil que los afectados se quedarán tranquilos ante una situación como la que soportan, sin embargo les pidió “paciencia”.

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El mandatario recorrió calles de la cabecera de San Marcos. (Archivo/Notimex)
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Agencias
SAN MARCOS, Guatemala.- El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, cumplió una semana de visitas a comunidades afectadas por un violento sismo antes de la creación de una entidad de alto nivel que dirigirá la reconstrucción, según publica Notimex.

La gira comenzó el lunes en San Marcos, cuya cabecera (capital) del mismo nombre se ubica a 280 kilómetros al oeste de la ciudad de Guatemala. El departamento presenta el mayor número de víctimas y de destrozos, tanto en su casco urbano como en la zona rural.

San Marcos, departamento fronterizo con México, es el más azotado por el sismo de 7.2 grados en la escala de Richter que el pasado 7 de noviembre estremeció al país centroamericano (14.5 millones de habitantes).

En el departamento se reportaron 36 de los 44 fallecidos y graves destrozos por el temblor, que fue considerado el más intenso desde febrero de 1976 cuando un terremoto de 7.9 grados Richter causó 23 mil muertos.

El recorrido siguió en Quetzaltenango, Retalhuleu y finalizó en Sololá, que junto con Totonicapán, Huehuetenango, Suchitepéquez y Quiché son los ocho departamentos bajo Estado de Calamidad Pública, impuesto para agilizar la gestión de recursos destinados a enfrentar la crisis.

Pérez Molina, luego de retornar el viernes a la capital desde el departamento de Sololá, encabezó una reunión extraordinaria de gabinete que por la noche anunció la creación del Comité de Reconstrucción Nacional (CRN).

Las víctimas, damnificados y daños materiales se concentraron en la región del altiplano (occidente) del país, que han sido visitados por Pérez Molina y la vicepresidenta Roxana Baldetti para comprobar “en el terreno” la situación.

El mandatario recorrió calles de la cabecera de San Marcos y de comunidades del departamento, desoladas por las viviendas desplomadas y otras a punto del colapso, identificadas con la leyenda en rojo “demoler”.

El titular del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (Micivi), Alejandro Sinibaldi, informó que en San Marcos se contabilizaron más de tres mil viviendas con daños, de las cuales mil 600 consideradas “inhabitables” serán demolidas.

El funcionario, uno de los más allegados a Pérez Molina, dijo que “no se escatimará en recursos” para rehabilitar al departamento fronterizo.

La comitiva presidencial constató la emergencia por el desastre natural en el populoso cantón San Agustín Tonalá, San Marcos, donde vetustas casas de adobe se fueron a tierra y decenas muestran una severa destrucción.

El reclamo de los damnificados fue por una pronta asistencia de las autoridades para levantar o rehabilitar cuanto antes sus hogares, temerosos, entre otras amenazas, de la temporada de frío en puerta, que en el altiplano desciende a varios grados bajo cero.

El gobernante admitió que era difícil que los afectados se quedarán tranquilos ante una situación como la que soportan, sin embargo les pidió “paciencia” y aseguró que su administración agilizará la reconstrucción de los daños.

Afirmó durante la gira que los recurrentes fenómenos naturales en los últimos años que dejan devastación (como los huracanes Mitch y Stan y la tormenta Agatha) han sido enfrentados de manera deficiente por los gobiernos de turno.

Ofreció que su gobierno trabajará en la reconstrucción, en la que fracasaron las anteriores administraciones, despilfarradoras, para “no dejarla a medias”, y prometió que apenas se entre “de lleno” en esta fase “en tres meses estará terminada la reconstrucción”.

La demanda por la “urgente” ayuda humanitaria y la rehabilitación de viviendas se repitió en la localidad de El Tumbador, San Marcos, donde el presidente y la vicepresidenta vieron las precarias condiciones de vida en los albergues para damnificados por el sismo.

En el pujante municipio de Comitancillo, del mismo departamento, Pérez Molina reiteró el pedido a Estados Unidos del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) a favor de los inmigrantes guatemaltecos, indocumentados en el país del norte.

“Le pediría al gobierno de Estados Unidos que no nos mande dinero, que no nos mande ayuda, que no nos mande nada”, enfatizó.

“En este momento difícil que pasamos, lo único que les pido es que nos otorguen el TPS y que no haya más deportados”, agregó.

El TPS es un beneficio concedido de manera unilateral por el gobierno de Estados Unidos para países cuyos ciudadanos están en riesgo por desastres naturales o circunstancias políticas. Hondureños, salvadoreños y nicaragüenses son centroamericanos residentes en el país del norte bajo esta protección.

En Estados Unidos viven alrededor de 1.4 millones de guatemaltecos, en su mayoría en condición migratoria irregular. Según datos oficiales, las autoridades del país norteño han expulsado en lo que va del año, solo por la vía aérea, a casi 35 mil guatemaltecos.

Los guatemaltecos que residen en Estados Unidos enviaron el año pasado unos cuatro mil 400 millones de dólares en remesas familiares que alivian la pobreza en regiones como el altiplano de Guatemala, la más afectada por el temblor del pasado 7 de noviembre.

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