Policía bacalarense saca la casta con modesta unidad

Pese a que la corporación cuenta únicamente con 30 elementos, se las ingenia para resguardar la zona.

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Esta semana, ante los festejos del Festival de Cultura del Caribe y el desfile conmemorativo de la Revolución Mexicana, los policías municipales estuvieron bien movidos y hasta les suspendieron sus descandos. (Juan Carlos Gómez/SIPSE)
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Juan Carlos Gómez/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- Los elementos se alistan para partir. Mirada decidida pese al cansancio, casi todos con su gorra puesta, la cual es adornada con el logotipo de la policía del municipio de Bacalar.
 
“Firmes”, dice el coordinador operativo, conocido como “Comandante Halcón”. Las instrucciones finales y revisión de equipo: “¿todos tienen su bastón policial?”, “vayan por sus chalecos”, “pónganse sus cascos”, y así las ordenes continúan mientras los elementos las ejecutan.
 
El halcón es un ave que se caracteriza por alas largas y muesca curvada, además de sus peculiares métodos de caza: cernirse y dejarse caer sobre su presa. En nueve horas el comandante demostrará por qué tiene ese sobrenombre.
 
Van a dejar la ciudad y debe quedarse alguien a cargo y un equipo que controle la situación, la escasez de elementos (cuentan con menos de 30) dificulta las cosas, sobre todo para atender un municipio de siete mil 161 kilómetros cuadrados, el 14.22% del territorio de Quintana Roo, ubicándolo como el tercer municipio más grande del estado. Eso deja la situación en un policía municipal para cada mil 142 habitantes. 
 
Los agentes han trabajado toda la semana, contando el Festival de Cultura del Caribe y el desfile del 20 de noviembre, y ahora se alistan para atender dos de las 57 comunidades.
 
Cambian su chaleco de trabajo por chalecos antibalas Nivel III, eso significa que resisten disparos de rifles semiautomáticos como el AR-15, pero les añaden 20 kilogramos a su carga. Su casco también les da protección; sin embargo, les añade dos kilogramos sobre la cabeza.
 
Todos listos, el último pase de lista, últimos ajustes, las camionetas esperando para llevar a la parvada, cuyas garras son las Pietro Beretta calibre 9 milímetros y los revólveres 38 Súper; su pico, un arma larga, Beretta, con culeta retráctil, y un par de escopetas con balas de sal como método preventivo.
 
“Hoy es un buen día para morir”, dice en tono de broma uno de los elementos, de los más experimentados. “Nadie debe morir porque mañana hay que trabajar”, le contestan los demás. Primer poblado: Zamora. Todo limpio y sin señal de violencia. 
 
Segundo poblado: Lázaro Cárdenas. La historia cambia. El ambiente se siente pesado, personas tambaleándose, gente gritando, algunos empujándose.
 
Las luces policiales se desvanecen de lo que era un baile de pueblo, pero regresan antes de lo esperado, una lámpara les hace señales y el “Comandante Halcón” emprende el vuelo, la parvada lo sigue, es una riña, misma que termina en cuanto el equipo de Reacción Inmediata aparece, somete a uno de los involucrados, todo pasa en un segundo, no por nada se conoce al halcón como el ave más rápida del planeta.
 
(Edición: Redacción)

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