"Los muertos no son de Calderón", dice Calderón

En entrevista con el periodista Carlos Marín, el Presidente se definió como un hombre que cuando tiene que hacer las cosas con energía y determinación, las hace.

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alderón aseguró que las Fuerzas Armadas están haciendo correctamente su trabajo, aunque es necesario reforzarlas. (Notimex)
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Milenio
MÉXICO, D.F.- El presidente Felipe Calderón aseguró que es irresponsable señalar que los muertos de la lucha contra el crimen organizado son "muertos de Calderón" y también que son de aquellos que no hicieron su trabajo y dejaron crecer a la delincuencia, pues "aquí son muertos de los homicidas y de los criminales que están matando gente, algunos inocentes y otros probablemente vinculados a cárteles rivales".

En entrevista en El asalto a la razón de MILENIO, el mandatario se refirió también a su relación con el ex presidente Vicente Fox, con quien dijo no haber hablado desde hace tiempo.

Luego de negar ser de "mecha corta", Calderón se definió como un hombre de decisiones que cuando tiene que hacer las cosas con energía y determinación, las hace, "pero de esto a hacer una grosería en la calle, en un lugar a alguien, por muy insensato o traidor que sea, pues no, no lo hago, no forma parte de mi estilo".

Sobre la lucha contra el crimen organizado, el jefe del Ejecutivo señaló que todas las muertes son lamentables e insistió en que la violencia en el país no es consecuencia de las acciones del gobierno federal, sino que, por el contrario, ésta se dio a partir de la actuación de los grupos criminales.

El mandatario defendió la estrategia implementada por su administración y señaló, ante las críticas en su contra, que lo equivocado no fue actuar, sino haber dejado crecer a las mafias hasta que se apoderaron de territorios completos.

"Nos hubiéramos evitado cientos y miles de muertes si otros gobiernos u otro gobierno hubiera hecho su trabajo y no lo hizo", señaló.

Además, dijo que tiene la certeza "de la conciencia de haber actuado bien y como se debe en el cumplimiento de mi deber".

Carlos Marín.- ¿Usted tiene limpia la conciencia? ¿Este número tan grande de muertos no lo asume usted como consecuencia de haber enviado las fuerzas federales a combatir la narcoviolencia?

Felipe Calderón. Varias cosas: por supuesto que tengo la certeza de conciencia de haber actuado bien y como se debe en cumplimiento de mi deber; en segundo lugar, cualquier persona, no es una cuestión de números, una sola persona que muera en consecuencias de violencia es una muerte no deseada por mí y yo asumo que por nadie, así se trate de un criminal.

Tercero, los homicidios son responsabilidad de los homicidas y por supuesto que esa responsabilidad es de quien mata a otro.

Cuarto, por supuesto que no, la violencia no es consecuencia de la acción del gobierno federal; al contrario, la acción del gobierno federal es consecuencia de la violencia que en muchos estados hemos venido viendo que sube.

¿Por qué surge la violencia en México? Porque desde hace aproximadamente una década, quizá un poco más, los grupos criminales asociados al comercio de droga, en lugar de dedicarse solo a pasar droga a Estados Unidos, es decir, que trabajen sobre rutas --es como una raya en el mapa, que nunca se cruzaban, nunca se tocaban--, empiezan a buscar dominar territorios en México, que es totalmente diferente. No es lo mismo tener una ruta por Nogales o Tijuana, o por Matamoros y Reynosa, a disputarse, por ejemplo, la Comarca Lagunera, y eso genera (que) cuando uno pasa su droga por Tijuana y otro por Matamoros, pues ni se ven, pero cuando dos o más grupos buscan disputarse el dominio de un territorio concreto surgen el choque y la violencia brutal que México ha contemplado. Hay que recordar la terrible violencia desatada en Nuevo Laredo en 2003 y 2004, los decapitados en Uruapan, en Acapulco, muchas cosas que se venían dando desde entonces y que fueron creciendo en una espiral. ¿Por qué? Es un cambio de dimensión de la criminalidad que nunca se entendió.

Ahora se ve este fenómeno de violencia y eso provoca la intervención federal. ¿Qué quiero decir además? Que independientemente de la acción del gobierno federal esa violencia se presentaba y se hubiera presentado, no sabemos si con igual, mayor o menor intensidad, pero el hecho es que es un fenómeno asociado a la expansión territorial de las bandas que no existía antes y que sí existe a partir de que México comienza a ser un país consumidor.

La responsabilidad de los homicidios es de los homicidas, de los criminales que tienen la cobardía de matar a otro por ser su adversario o por ser un secuestrado o por ser cualquier otra cosa.

¿Usted piensa que los servicios de inteligencia de las fuerzas federales sí están funcionando y están a la altura de las circunstancias, o salen el Ejército, la Marina y la Policía Federal a ver qué encuentran?

Por supuesto que están funcionando y hay que fortalecerlas muchísimo más. En tu propio argumento o en el que citas de aquellas personas: "Es que se debió haber tenido más inteligencia para capturar con mucha inteligencia a los jefes de las bandas", bueno, señores, nosotros en 2009 dijimos: "Estos 37 tipos son los más buscados de México y vamos por ellos". Hemos agarrado a 25 de 37. ¿Tú crees que hubiera sido posible agarrar a algunos de estos sin tener inteligencia? ¿Tú crees que nada más por tener fuerzas en la calle caen estos señores? ¿Crees que ellos son tontos?

Me refiero a que si creemos que son tontos los criminales como para pensar que se pueden atrapar sin inteligencia de Estado, una inteligencia que, por cierto, yo encontré totalmente devastada.

El Cisen se desmanteló porque se pensaba que era un instrumento político del PRI para espiar a los opositores, cosa que algo había de eso.

Parte de la transformación que hicimos en el país en materia de seguridad es precisamente haber reconstruido sus instituciones y una parte bien importante de la reconstrucción institucional es la de los órganos de información e inteligencia del Estado: El Cisen, la Policía Federal y sus centros de inteligencia son la vanguardia tecnológica; los centros de inteligencia del Ejército y de la Marina, que poco se habla de ellos, y qué bueno porque yo creo que no se debe andar evidenciando tus propias capacidades frente a los delincuentes. Yo prefiero que los delincuentes no sepan exactamente qué tengo yo, con qué los ando persiguiendo y con qué instrumentos.

Con tecnología de punta, según entiendo.

Es como un estribillo fácil de decir: "No, pues se debió haber usado más inteligencia, ¿no?" Es como cuando los panistas nos decían: "Oigan, cuiden las casillas", pues sí, obviamente que estamos usando inteligencia y hay que fortalecerla mucho más.

Ahora, para puntualizar este dato, la estrategia que pusimos en práctica es integral, quizá lo que más siguió la atención del público, de los medios o de los críticos fue la parte de violencia o de homicidios que forma parte de la realidad de inseguridad pública que vivimos en México, una violencia que, insisto, proviene medularmente del choque de las bandas criminales una con otra. Pero la estrategia fue múltiple; primero, yo la dividiría genéricamente en tres ejes. Uno, sí, enfrentar a los grupos criminales, claro.

Decía usted "hasta con las piedras".

Si fuera necesario y fue la metáfora que use precisamente con Javier Sicilia. Por supuesto que tenemos un Ejército muy poderoso y fuerzas armadas muy poderosas, y una policía muy poderosa que no había, pero aunque no la tuviéramos tú tienes la obligación de defender a la gente con lo que sea.

Pero vuelvo a mi tema. Uno, es enfrentar a los criminales. Como algunos críticos vienen a afirmar que eso fue lo que está equivocado, haber enfrentado a los criminales, yo afirmo que lo equivocado es no haberlos enfrentado, es haber dejado crecer a esas mafias sin freno, sin cortapisa, sin autoridad, sin gobierno, hasta que se hicieron dueños de territorios completos. Nos hubiéramos evitado cientos y miles de muertes si otros gobiernos u otro gobierno hubiera hecho su trabajo y no lo hizo. Entonces, es tan irresponsable decir que son muertos de Calderón como decir que son muertos de quien no hizo su trabajo y los dejó crecer. Aquí son muertos de los homicidas y de los criminales que están matando gente, algunos inocentes y otros probablemente vinculados a cárteles rivales, pero en cualquier caso todas son muertes lamentables.

El segundo eje es fortalecer las instituciones: Policía Federal, centro de inteligencia, fuerzas armadas, el control de confianza de todos los policías del país, y el tercero y más importante es el tejido social. Construir oportunidades de educación, salud, vivienda, de esparcimiento y de trabajo para los jóvenes.

¿Presidente, no admitiría usted algo que, lo siento, estoy convencido que le falló en este asunto de la seguridad pública nacional, que es haber tenido una sola persona que se hiciera cargo de que esos cuerpos de seguridad trabajaran de manera coordinada? Porque yo sé que de pronto ante un tip de la policía española o de la agencia antidrogas estadunidense, estas autoridades extranjeras hablan con alguna de las corporaciones y luego el celo profesional entre Policía Federal, Marina, Ejército hace que no haya una verdadera coordinación. Es decir, tendrían que caminar todos en un mismo sentido, pero de pronto la Marina o el Ejército o la Policía Federal, a un tip de quién sabe quién, actúa así, sin ponerse de acuerdo con los demás. ¿No hizo falta un solo coordinador?

Vamos explicando este tema que es muy importante por partes. Una es, primero, si es deseable que haya mayor coordinación de las fuerzas federales; dos, hubo, sin embargo, la coordinación que es posible tenerla en las circunstancias que teníamos que enfrentar.

Tres, básicamente el secretario de Gobernación es quien tenía una atribución delegada a la mía de coordinar a lo que es el gabinete de seguridad. En este caso tuvimos muchas vicisitudes con los secretarios de Gobernación, digo, dos de ellos fallecieron en accidente aéreo, en fin.

¿Quizás ese es el problema, que no hubo una constancia y una sola persona?

Quiero mencionarte la problemática, pero yo no te diría que ese es el problema. Sí hubo, pero honestamente, Carlos, quien puede coordinar al secretario de la Defensa y al de Marina es el Presidente de la República, porque es el único que les puede dar órdenes.

¿Pues entonces a usted le falló?

No, actuamos de manera coordinada, semanalmente nos reunimos y esa coordinación sí se pudo dar, porque en torno a ese gabinete que presidía el Presidente se formaron grupos operativos representados por todas las dependencias que por supuesto actuaron coordinadamente. Incluso llegamos a crear centros de fusión o de inteligencia donde todas las dependencias estaban representadas y actuaron coordinadamente. Un ejemplo de la eficacia de ese mecanismo fue, por ejemplo, dar con los autores de la matanza de San Fernando, Tamaulipas, que finalmente están todos capturados, incluso La Ardilla, que capturó la Marina hace pocas semanas, que es, digamos, el principal jefe. Pero en otros casos las dependencias actúan por separado, porque cuando hablamos de blancos especiales, digamos, durante una buena parte de la administración se dividió la tarea para perseguir específicamente.

¿Y también es explicable que haya información compartimentada para que no haya faltas?

Si tú dices "tengo información de este tipo y hay riesgo de que haya una fuga", no se lo dices a nadie; es más, los soldados, los marinos, los policías o la gente de PGR, cuando van a una captura de esas, ni siquiera los que van en el avión lo saben.

Presidente, usted habló del tejido social y buena parte de su política en función de su política de combate a la narcoviolencia era que se recuperaran territorios y que se reconstruyera buena parte del tejido social, y para reconstituirlo hace falta una política pública de servicio en todos los órdenes de la tarea social. ¿De qué puede usted ufanar realmente?

A mí no me gusta ufanarme, simplemente decirte lo que hemos hecho. El tema de la política de Limpiemos México, que era la política más asociada directamente a seguridad social, era una política de rescate de espacios públicos, es decir, en el lugar donde normalmente se reunía pandilla, delincuencia, narcomenudeo, llegamos a limpiar el lugar, a poner canchas de futbol rápido, de basquetbol, de hacer en un espacio público una sala de convivencia, a darle ese espacio a la comunidad organizada. Acciones de este tipo, grandes o chicas, hicimos alrededor de cinco mil. Aunque fueran acciones más bien del orden municipal, más de cinco mil espacios públicos rescatados.

Los centros Nueva Vida, que se crearon más de, por ahí de 300, 400 en el país, y apoyamos los centros de prevención juvenil existentes, que son más o menos como 100. Más apoyos a casi 400 centros de estancia, digamos, del sector de la sociedad civil que fueron apoyados en ese terreno.

Bueno, pero eso no es toda la política social, ¿qué otra cosa puede usted decir?

No. Básicamente es, si por tejido social hablamos de oportunidades para los jóvenes, está lo que hicimos en materia educativa: 140 universidades totalmente nuevas, el apoyo a otras 100 más para un campus nuevo, para un laboratorio, para otro edificio. Más de mil bachilleratos en el país, lo cual constituye la mayor obra en educación media que se haya hecho en México, la mayor obra en materia de educación superior. De hecho, eso nos llevó a que ahora se gradúen 130 mil ingenieros cada año.

Lo cual tiene una parte muy positiva en materia económica, porque México se hizo muy competitivo en manufactura. La política del Seguro Popular, por ejemplo, que es inédita en el país y con pocos precedentes internacionales, y qué logró, con sus deficiencias, con problemas de calidad, etcétera, pero logró la cobertura universal de salud. Un hito, verdaderamente.


fp/

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