Un dilema de todos

Hace unos días Francisco García Villalobos, representante de la Oficina para la Protección de la Propiedad Intelectual en Yucatán, me comentaba cómo el creciente problema de la piratería se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la autoridad federal.

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Hace unos días Francisco García Villalobos, representante de la Oficina para la Protección de la Propiedad Intelectual en Yucatán, me comentaba cómo el creciente problema de la piratería se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la autoridad federal.

Y cómo no va a ser una preocupación si genera anualmente ganancias de hasta 75 mil millones de dólares, recursos que no aportan un centavo de impuestos y representan tres veces más de lo que el petróleo aporta a la economía nacional.

Aunque este es un problema que ha invadido el mercado nacional, es imposible no darse cuenta de que en Yucatán se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para las autoridades, el comercio formal e incluso para la sociedad.

Es fácil repartir culpas, comenzando con la autoridad, a quien señalamos como incompetente y falta de mano dura para remediar la situación, sin embargo es un problema de todos, ya que si los consumidores dejáramos  de comprar productos piratas en el mercado informal esta práctica no podría sobrevivir.

Con las fiestas decembrinas a la vuelta de la esquina debemos reflexionar si continuaremos siendo parte del problema que pone en riesgo la economía, la salud y la seguridad o si  formaremos parte de la solución. Veamos este tema con una Mirada Alterna.

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