Ante la infausta noticia de la pronta desaparición de los Twinkies, veo una gran movilización de compatriotas metidos en la acumulación originaria de esos pastelillos con relleno cremosito. Ojalá yo hubiera tenido la misma oportunidad de hacer acopio de las legendaria Relledonas. Quizá es lo que debería de hacer el PRD chuchista nada leninista, ahora que con la renuncia al partido por parte de Martí Batres quizá comience la desbandada hacia eres piel Morena. Por mucho que Zambrano afirme que no es para tanto, corre el peligro de quedarse peor que las Chivas o el Cruz Azul. Más vale que ofrezca a las fuerzas vivas algunos incentivos para que no lo dejen colgado de la brocha como los panistas en las votaciones por la reforma electoral. Digo, unos VTP para los partidos de la liguilla, un tour por los municipios afectados por los michoacanazos, un rally para buscar al dipu Godoy (y el que dé con él tendría derecho a una plurinominal). O cuando menos la promesa de ponerse más heavy metal durante la toma de posesión para despedir a Jelipillo tal y como llegó en 2006. Digo, algo que entusiasme a las huestes mendicantes de algo de acción y pundonor, en vez de extraviarse en retóricas cumplidoras para quedar bien.

O sea, si no le quieren reclamar a Calderón sus políticas en materia de seguridad que fueron las más inseguras posibles, si quiera que le hagan un sano extrañamiento por promover tanto el Buen Fin, y a la hora buena no se le vio gastando algo de su nada escaso peculio en algunos teleofertones con precios inflados a meses sin intereses.

Por favor, si hasta doña Marisela Morales se le pone al brinco a García Luna Productions con lo de Tres Marías por encubrir a sus policías (a ver si esta vez sí le sale el michoacanazo), Los Chuchos podrían abandonar sus melifluas prácticas, pues de seguro ya están pensando en dejarse el copete para el 1 de diciembre.

Como quiera que sea, es muy ingenioso que la Policía Federal alegue que fue un disparo al aire de la camioneta diplomática y que eso desató la balacera. Y luego dirán que los agentes de la CIA eran de Iztapalapa y eran sus usos y costumbres. Y quizá esas municiones cayeron en Cinépolis.

Manque sea que Los Chuchos reclamen a los operadores del góber Fausto Vallejo que, con la clase de iniciativa que caracteriza a los pendejos, le quitaron la protección a la ex alcaldesa perredista de Tiquicheo, María Gorrostieta, brutalmente asesinada.

La cosa es saber que Los Chuchos están vivos un poco más que los zombis de Zahuayo.

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