¿Qué le hicieron a 'Campañeando'?

Campañeando está muy padre. La propuesta editorial destaca inmediatamente de todo lo que se está manejando en la televisión abierta nacional.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

A mí no me engañan: algo le hicieron a Campañeando, ese peculiar programa de entretenimiento y análisis político de Trece, porque ahora es mil veces mejor que la última vez que lo vimos en 2012.

Antes, sí, uno se enteraba, se reía, pero acababa por viborear más los calcetines de uno de sus conductores que los contenidos.

Y ni hablemos de las puntadas. En aquella primera temporada, uno sonreía. Sí, órale, qué bonito, pero ya, no pasaba nada que generara algo más que realmente destacara como destacan otros trabajos.

Bueno, ahora, en esta segunda temporada, haga de cuenta que se asesoraron con otra persona, que cambiaron de productor o que algo pasó por ahí.

Campañeando está muy padre. La propuesta editorial destaca inmediatamente de todo lo que se está manejando en la televisión abierta nacional.

Mire, ya, para acabar pronto. ¿Sabe con quién abrió? ¡Con Andrés Manuel López Obrador!

El hombre que, se supone, es el que tiene las puertas más cerradas en los mejores medios de nuestro país fue el primero en abrir la boca en esa emisión. ¿Así o más claro que esto ya es diferente?

No, y espérese, porque no le he dicho nada. Tan solo en el capítulo uno de Campañeando (2) caricaturizaron políticos, criticaron los spotselectorales y se metieron con los hijos de “los tigres pintitos” y con los candidatos faranduleros.

¿Pero sabe qué fue lo más interesante de todo? Que, a pesar de que se los pusieron como lazos de marrano, jamás les faltaron al respeto.

De veras, jamás los insultaron, los agredieron o les dijeron algo que los pudiera molestar desde una perspectiva moral o personal.

Sí es relevante lo que le estoy diciendo porque, aunque me duele mucho tener que escribirlo, por ahí, en otros programas, sobre todo de radio o de internet, muchas personas, en un cuestionable afán por llamar la atención y escucharse o verse muy chistosos, hacen a un lado el perfil periodístico que esta clase de materiales debe de tener… y ofenden.

Si toda la nueva temporada de Campañeando va a estar como su primer programa, ya la hicimos: los mexicanos vamos a tener una plataforma para carcajearnos de nuestros políticos sin dejar de hacer periodismo y, lo más delicado, sin violar la ley.

A lo mejor usted se mueve en otro contexto o no lo sabe, pero con muchas de las más recientes reformas que se estuvieron autorizando hay que tener el triple de cuidado para manejar contenidos políticos en medios tradicionales.

Es más fácil que a un editorialista lo corran por colocarle mal un adjetivo a un candidato que a un periodista de farándula por hacer pomada, entre insultos y chistoretes de mal gusto, la apariencia de un cantante como Luis Miguel.

Por eso se me hace admirable lo que está pasando con Campañeando.

Si lanzar esta clase de propuesta en estos tiempos fuera tan fácil, ¿por qué nadie más lo está haciendo? ¿Por qué los grandes programas de humorismo político de otros tiempos no están regresando?

¿Por qué otras empresas no le dan oportunidades a muchos de esos magníficos actores de comedia que tenemos en este país para que, cuando menos, hagan imitaciones de nuestros gobernantes?

No, pero espérese. Aquí hay otro punto que tenemos que destacar a la par que el tema editorial: la producción.

Lo nuevo de Campañeando se ve hermoso, fresco, elegante.

A mí, por ejemplo, me enloqueció lo primero que hicieron los responsables de este título la noche del lunes pasado, justo en su transmisión de arranque.

¿Qué? Un sketch donde Mónica Garza, Carolina Rocha y Vicente Gálvez, sus conductores, nos introdujeron a esta temporada interpretando a unos médicos, onda Grey’s Anatomy, operando al país en un quirófano que les permitió hablar de todo, ¡de todo!, sin que nadie tuviera el más mínimo pretexto para censurarlos.

Fue un momento divertidísimo que sirvió para que se dejara de hablar de este proyecto como una versión política de Ventaneando, para que se estableciera una diferencia respecto a la primera temporada, para el lucimiento de estas tres personalidades y para que al público y a los anunciantes les quedara claro que esto viene corregido y aumentado.

No tengo la más mínima idea de lo que vaya a pasar a partir de hoy, si este programa se va a sostener, si va a crecer o si misteriosamente lo van a cancelar antes de que lleguen las elecciones.

Lo que sí sé es que empezó con el pie derecho, que vale la pena verlo y que nos dio una de las notas más importantes de 2015.

¿Cuál? Que Campañeando sí era un proyecto de a de veras, que no se hizo nada más para amenizar las elecciones de 2012, que cada vez que se necesite aparecerá para llevarle diversión y análisis a las multitudes en un formato comodísimo de alrededor de 15 minutos después deHechos con Javier Alatorre.

A mí no me engañan, algo le hicieron a Campañeando. ¿Qué?

Lo más leído

skeleton





skeleton