Exceso de aluminio en la dieta, relacionado con Alzheimer y el Parkinson
Yucatán es uno de los estados con mayor consumo de refrescos, azúcar y comida rápida
Óscar Chan/MÉRIDA
En Yucatán los hábitos alimenticios y las actividades cotidianas en las que las personas interactúan con el aluminio ponen en alerta a los investigadores del área, pues el exceso de esta sustancia en el cuerpo está relacionada con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, consideró el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY).
La directora general de la Unidad General de Bioquímica y Biología Molecular de Plantas del CICY, Teresa Hernández Sotomayor, indicó que el consumo diario máximo de aluminio en el cuerpo humano no debe exceder los 50 miligramos, lo que muchas veces no se cumple.
Entrevistada al presentar el 13º Encuentro Keele sobre Aluminio, que se realizará del 23 al 27 de marzo en un hotel cercano a la zona arqueológica de Uxmal, la especialista indicó que tienen este elemento productos como champú, pasta de dientes, antitranspirantes, embutidos, lácteos, pan de caja, así como algunos medicamentos antiácidos y vacunas.
Por ejemplo, continuó, una rebanada de pizza concentra de 2 a 10 miligramos de aluminio, pero si se le agrega otros complementos como pepperoni y champiñones, esa cifra puede aumentar hasta cinco veces.
“El problema es que el aluminio también está en el subsuelo, la ventaja que tiene Yucatán es que tiene un subsuelo básico y aunque hay mucho aluminio se queda en la capa terrestre y no es absorbido por las plantas”, explicó.
Destacó que actualmente el CICY realiza dos proyectos importantes sobre los efectos del aluminio en el crecimiento del café y el chile habanero, además de que el centro de investigación lleva más de 20 años estudiando los efectos de este elemento en las plantas.
Hernández Sotomayor precisó que en cuanto al área de reciclaje, como el caso de las botellas de refrescos, latas y otros productos, los consumidores deberían considerar su utilización para evitar mayores daños al medio ambiente.
“La ingesta diaria de aluminio de un ser humano normal es de alrededor de 50 miligramos, nosotros eliminamos casi el 99 por ciento, pero ese restante se nos va quedando y dependiendo de los hábitos alimenticios, atraviesa la barrera encefálica, puede llegar al cerebro y se asocia con algunas enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson”, abundó.
Manifestó que como Yucatán es uno de los estados con mayor consumo de refrescos, azúcar y comida rápida, se deberían mejorar o cambiar esos hábitos y hacerlos más saludables con alimentos naturales.
Como algunas acciones de prevención recomendó a los consumidores siempre leer las etiquetas de todo lo que consuman con la finalidad de adquirir productos con la mínima cantidad o sin aluminio, así como usar desodorantes en vez de antritranspirante y moderar el consumo de panes de caja.