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Cuando las órdenes son justas, existe una satisfacción recíproca entre el líder y el grupo.- Sun Tzu, “El arte de la guerra”

Esta sentencia señala la importancia del liderazgo para la victoria. Un liderazgo basado en la justicia permite a un general ganarse la confianza de sus soldados para conducirlos. Un liderazgo contrario a la justicia ocasiona desconfianza y falta de disciplina, algo de vital importancia en el orden militar cuando se afronta una batalla.

Dividido en 13 partes, El arte de la guerra es un tratado sobre estrategia militar que da cuenta de diversos aspectos y escenarios que pueden presentarse en un conflicto. Sus enseñanzas, dicen, han tenido influencia sobre grandes estrategas de la guerra y la política, como Maquiavelo, Napoleón o Mao Zedong, y actualmente son aplicadas en los más diversos campos de la actividad humana: la política, la diplomacia, los negocios, la gestión de conflictos, los deportes y la vida cotidiana.

El tratado de Sun Tzu es libro de cabecera de muchos políticos, pero pocos aplican su visión; el presidente López Obrador parece que es uno de éstos, dado que es muy proclive a transgredir las normas, desde la menos punible hasta la Carta Magna.

Así lo demostró con su ya célebre memorándum con el que ordena a tres secretarios de Estado incumplir la reforma educativa de Peña Nieto. Como dice el clásico, “qué necesidad”, porque la madrugada de este jueves, la Cámara de Diputados aprobó la nueva reforma amlista a la que lo que menos importa es lo que se subrayó en la Ley General de Educación abrogada: “El interés superior de la niñez”, que se incluye en las siguientes declaraciones: Ginebra en 1924, Derechos Humanos de 1948, Derechos del Niño de 1959, y la convención de los Derechos del Niño de 1989.

Volviendo al tema de justicia, para el presidente ésta puede estar separada de la legalidad, y así lo menciona en su sofisma: “La ley es para las mujeres y para los hombres; no los hombres y mujeres para la ley. La justicia está por encima de todo. Si hay que optar entre la ley y la justicia, no lo piensen mucho, decidan a favor de la justicia”. Afirmación con la que casi nadie está de acuerdo, porque, si bien puede haber leyes injustas, corresponde a los legisladores y al propio mandatario impulsar iniciativas de reforma que puedan mejorarlas y así procurar una mejor justicia a sus gobernados.

Lo grave, dicen los juristas, es que el jefe de una nación llame a la desobediencia de las leyes, pues abre la puerta para que muchos que forman ese “pueblo bueno” al que alude con frecuencia el tabasqueño se sientan víctimas de injusticias y realicen actos contrarios a la legalidad, o permita la impunidad, como sucedió con el pueblo huachicolero de Hidalgo.

Así, parece que el titular del Ejecutivo olvida por momentos una de sus frases que repite con insistencia: “Nada por encima de la ley”… claro, hasta que algo no le parezca y entonces arremeta contra sus antecesores, el neoliberalismo, la corrupción, los malos jueces y el “cochinero” que le dejaron, para justificar su llamado a desobedecer la ley.

Anexo “1”
Espaldarazo a Cuitláhuac

El pasado lunes, el presidente  Andrés Manuel López Obrador ocupó gran parte de su rueda de prensa mañanera para salir en defensa del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, quien –dijo– está siendo sometido a “fuertes presiones” por la “maleantada política”.

En el Museo Naval del puerto (sede de la antigua Escuela Naval, bombardeada por norteamericanos en 1914, y que después albergó al Centro de Capacitación de la Armada donde se forjó la Escala de Mar), como si aún estuvieran en campaña, López Obrador levantó la mano de García Jiménez de quien aseguró que es una persona íntegra, transparente, honesta e“incapaz de ideas perversas”.

Los exagerados halagos del presidente (que se iniciaron el domingo en la conmemoración del 105 aniversario de la Defensa de Veracruz, en la H. Escuela Naval de Antón Lizardo), ruborizaban a Cuitláhuac García, quien solo sonreía, pero… con una estadística real de 650 homicidios dolosos en poco más de 130 días de gobierno, acusaciones de nepotismo contra funcionarios de primer nivel, pifias al reaccionar a incendios forestales,entre otros desaciertos que documentan los medios y que ya pesan sobre sujoven administración, Cuitláhuac García no es el mejor gobernador de Veracruz, y a pesar de eso López Obrador dijo: “Tiene todo mi respaldo”.

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