Joel González/Mérida

Adornada con decorados y vestuarios espléndidos y navegando sobre bella música, la ópera Cavalleria Rusticana, que presenta la Orquesta Sinfónica de Yucatán (OSY), ofreció anoche una función a los medios de comunicación, una muestra de lo que el público yucateco podrá disfrutar a partir de mañana.

Menos grandilocuente que las óperas tradicionales, el melodrama escrito por Pietro Mascagni y Giovanni Targioni, que es considerado un clásico del verismo, lució imponente y majestuosa por la sencillez con que fue concebida, lo que se convierte en un vehículo de conexión inmediata con el público.

La recreación tan acertada de la plaza de una aldea siciliana del siglo XIX, la acertada dirección de Ragnar Conde y la sensibilidad del concertador Juan Carlos Lomónaco guiando a la orquesta, todos estos elementos se hicieron cómplices para que los cantantes pudieran mostrar en todo su esplendor su talento vocal e histriónico.

Espléndida la mezzosoprano Eugenia Garza en su rol de Santuzza, regaló escenas emocionantes junto con sus alternantes Rodrigo Carciarroyo (Turiddu) y el barítono Jesús Suaste (Alfio); no menos intensa y pasional resultó la interpretación de la señalada como la mejor intérprete de Carmen, Lydia Rendón (Lola) y la contralto Linda Saldaña (Mamma Lucia), quienes contribuyeron para que la tragedia fuera paladeable.

Asimismo, la importante participación del Taller de Ópera de Yucatán, que dirige María Eugenia Guerrero Rada, que como en producción, cumplió dando vida a más de 60 de los personajes para crear las atmósferas, en este caso mediterráneas, y apoyando en la expresión coral.

La ópera estrenada el 17 de mayo de 1890 en el Teatro Costanzi de Roma, es una obra compacta con duración aproximada de 70 minutos, en los cuales narra de forma acertiva la tragedia que se vive en esta aldea cuando los celos, el honor, el amor y la tradición penetran en una pareja.