Jesús Mejía/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- “Son muchos los ancianos en los albergues que padecen de soledad, es decir, carecen del trato personal, de la compañía, de afecto, y no precisamente de la falta de cuidados o alimentos”, advirtió Sor Elvia, una de las monjas encargadas del asilo Brunet Celarain.

Como integrante de la congregación Hermanitas de los Ancianos Desamparados, la cual asiste desde hace 50 años en dicho asilo a personas de la tercera edad en situación vulnerable, recalcó que el principal problema entre los internados es la falta de contacto y afecto con otras personas.

“Existen ancianos que padecen Alzheimer, parálisis cerebral o problemas neurológicos que les impiden responder a un estímulo, a unas caricias o palabras, pero están necesitadas de compañía como todos”, recalcó la religiosa.

Informó que gracias a la generosidad de los meridanos se ha brindado atención a los pacientes, e incluso durante el mes de diciembre asistieron de manera continua grupos de jóvenes que llevaron obsequios, música y alegría los ancianos del asilo.

“Nos hicieron llegar muchos pavos, y durante las posadas se juntaron grupos de personas para festejar con los viejitos”, añadió.