Óscar Chan/MÉRIDA
Dado que para el último trimestre del año el consumo de bebidas alcohólicas se puede disparar hasta en un 25 por ciento, el Centro de Integración Juvenil (CIJ) exhortó a los yucatecos a moderarse, pues a diferencia de otras entidades del país, en Yucatán las personas suelen beber esta sustancia en cantidades “industriales”, que consideró son alarmantes.

El director del CIJ, Víctor Roa Muñoz, indicó que a partir de octubre las personas suelen incrementar la cantidad de alcohol que ingieren, en particular con la cercanía de la época decembrina, en la que se organizan posadas y otros convivios de fin de año.

Comentó que dada la publicidad y la mercadotecnia que incita a las personas a beber, en ocasiones se presenta un abuso desmedido del alcohol que no se controla y que a la larga puede dañar la salud de las personas.

“Ya no estamos hablando de un maratón Guadalupe-Reyes sino que va desde el 15 de septiembre con el Grito de Independencia hasta la Candelaria. En Yucatán tenemos una cultura que incita a la sociedad a consumir cantidades alarmantes el alcohol”, apuntó.

Insistió en que durante esta temporada también se disparan las promociones y ofertas para que la gente adquiera este enervante y si bien en Yucatán las personas no beben todos los días, cuando lo hacen se consume en cantidades “explosivas”.

Agregó que se debe reeducar a la población para que beba de manera responsable durante esta temporada, mientas que los que tienen problemas con su forma de beber, busquen ayuda para iniciar un tratamiento.

Se disparan ventas

Dijo que si los comercios establecidos tienen un incremento que va desde un 12 y hasta un 25 por ciento en la venta licor durante esta temporada, el consumo también se puede disparar en ese porcentaje, por lo que es necesario moderarse en el consumo.

“Vemos que muchas de las personas que consumen alcohol buscan experimentar con sustancias nuevas o más fuertes y ello es un factor de riesgo para iniciarse en el consumo de otras drogas”, advirtió.

Recordó que el consumo de tabaco y alcohol se mantiene entre un 60 y 65 por ciento de los pacientes que atiende en el centro, mientras en el caso de la marihuana en los últimos cinco años ha aumentado su consumo hasta en un 80 por ciento.