'Hay que encomendarnos a la Virgen de Guadalupe'

Al iniciar las festividades en honor a la Patrona de México, el sacerdote Pedro Mena subrayó su importancia histórica.

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La Virgen de Guadalupe viene a ser ese emotivo, ese signo que Dios nos ha mandado a creer, declaró el padre Pedro Mena durante la bajada de dicha figura en la Iglesia de San Cristóbal, en Mérida. (SIPSE)
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Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- El pueblo mexicano siempre se ha caracterizado por ser guadalupano, pues tiene en la Virgen de Guadalupe a una madre, en cuya mirada podemos ver el rostro amoroso de Cristo Nuestro Señor, expresa el Pbro. Pedro Mena Díaz, párroco del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en San Cristóbal, que ayer lució repleto de feligreses, al iniciarse con la bajada de la venerada imagen, las festividades en honor a la patrona de México.

El sacerdote subrayó que siempre debemos pedirle a la morenita del Tepeyac, que nos ayude a mantener nuestra fe, pues mientras sigamos manteniéndola seguiremos siendo un mejor país, de familias unidas.

“La Virgen de Guadalupe es la imagen del rostro amoroso de Dios por eso no dudamos siempre en encomendarnos a ella para que nos cuide, nos guíe”, añadió en su homilía de la misa solemne, a las 14:00 horas, en la que se bajó de su nicho.

El Pbro. Mena Díaz invitó a que tengamos fe, a seguir el ejemplo de San Juan Diego, que fue un mensajero de la propia madre de Jesucristo y que nunca dudó en las encomiendas que le dio la Guadalupana.

“La fe de San Juan Diego fue creciendo, fue firme, eso mismo debemos hacer, hay que encomendarnos a la Virgen de Guadalupe para que mediante su intercesión maduremos nuestra fe en Cristo”, entizó.

“El pueblo mexicano es muy sensible ante todo aquello que significa la fe. La Virgen de Guadalupe viene a ser ese emotivo, ese signo que Dios nos ha mandado a creer, como nos indica el Evangelio, a creer en la vida eterna, creer en la vida que el Señor nos ofrece”, dijo.

“La Virgen María con su aparición en el Tepeyac en un momento muy especial, hizo que se diera ese milagro. En ese entonces ya se había comenzado la evangelización, pero hacía falta como ese impulso. A partir de la su aparición, del milagro, del mensaje que dio, el pueblo mexicano se fue identificando con ella, nos dio una identidad, de ahí viene el fervor del pueblo hacia ella”, añadió.

Como una encarnación

El párroco recordó que la Guadalupana se presenta como madre de Dios y madre nuestra, como alguien que asume una especie de encarnación, así como Jesucristo, se encarnó en su vientre y adquirió la condición de hombre, así tomó ella la condición del pueblo de México, está de parte de los mexicanos, de esa gente sencilla.

Todo esto se va identificando con la Virgen, que se sensibilice mucho, se le tenga en un cariño especial.  Somos cristianos y esencialmente guadalupanos, tenemos una identificación muy fuerte con ella, que se va acrecentando a través de los favores que hace hacia nosotros, sus hijos, eso lo vamos viendo en la Basílica de Guadalupe, que se ha convertido en uno de los santuarios de peregrinación más importantes de todo el mundo.

“Precisamente esto hace que crezca nuestra fe hacia ella. De hecho, el pueblo mexicano ha crecido a través de la fe hacia ella”, agregó.

Dos veces al año se realiza la bajada de la imagen de la Virgen de Guadalupe: el 6 de Noviembre cuando comienzan las festividades en su honor y el 12 de Diciembre, en su día. 

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