Batida de gazapos

¿Evitar que los niños no tuvieran que salir de su casa? Esta cláusula contiene una doble negación –“evitar” y “no”-, y produce el efecto contrario a lo que se quiere decir

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Por Felipe Escalante Ceballos

Buenos días, queridos lectores. Hoy haremos una cacería al estilo de los mayas, en batida, como si se tratara de venados. La batida, según el Dele, es voz que se utiliza en montería, la acción de batir (golpear) el monte para que los animales salgan a los puestos donde están esperando los cazadores.

Los amigos y colaboradores de esta columna se aprestan a avistar los gazapos y enviarlos hacia nuestro tirahule. Cargamos la resortera con una piedra de buen tamaño y esperamos.
-La doctora Caridad Cervera Fernández nos envía el primer gazapo, tomado de un periódico diario editado en esta ciudad. Dice así: “Una joven estudiante, acompañada de una compañera, al salir en reversa del estacionamiento del centro comercial Plaza Dorada no se percató de un poste del alumbrado y se estrelló contra éste”.

¿Acompañada de una compañera? ¡Qué cosa más extraña que a esa joven estudiante la acompañara precisamente una compañera! Gramaticalmente estamos ante una monotonía o pobreza del lenguaje. Con decir que estaba acompañada de una condiscípula o de una camarada, la frase quedaría perfecta. En fin, con ayuda de la batida y del tirahule ya cayó el primer ejemplar.

-Continuamos con la montería: Un amigo que rehúye la publicidad advierte un espécimen de buen tamaño y lo ahuyenta hacia nuestra honda, debidamente aprovisionada con duro pedrusco. De la prensa local sale la siguiente información relativa a las labores del maestro José Luis Chan Sabido.

“El regreso a su tierra natal, en 2005, fue para cumplir una promesa que se hizo cuando iba en el avión rumbo a Europa: colaborar para evitar que los niños yucatecos no tuvieran que salir de su casa y enfrentare a las duras experiencias que él padeció; fundaría así el Sistema Estatal de Orquestas Juveniles de Yucatán”.

¿Evitar que los niños no tuvieran que salir de su casa? Esta cláusula contiene una doble negación –“evitar” y “no”-, y produce el efecto contrario a lo que se quiere decir. La mala construcción de la cláusula altera el sentido de la oración.

Aclaramos: el yerro no es atribuible al maestro Chan Sabido, sino al redactor de la noticia. Lo correcto sería “evitar que los niños yucatecos tuvieran que salir de su casa”. Nuevamente ha funcionado la batida y el gazapo ha caído con certero disparo del tirahule.

-Atrapamos más gazapos durante la batida, pero, por razones del espacio periodístico, aquí suspendemos la cacería.

Hasta el próximo tirahulazo.

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