William Sierra/Milenio Novedades
Mérida.- Para apoyar al prójimo más necesitado, basta con tener un poco de voluntad, de darse a los demás y cuando esto ocurre la vida comienza a tener sentido, expresó Ligia Josefina Ferráez Hevia, presidenta del consejo local del Voluntarias Vicentinas.

La dama voluntaria mencionó que dado que el apostolado implica tener contacto directo con el necesitado, cuentan con tres comedores y un centro de superación para señoras, donde reciben capacitación para el trabajo.

“Siempre estamos necesitadas de apoyo y en la medida que uno se da a los demás deja de pensar en los propios problemas”, dijo.

El apostolado Vicentino busca ayudar al más necesitado, por ello exhortan a colaborar con la familia vicentina en el área de voluntariado.

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Uno de los comedores atiende a 31 niños, quienes además de recibir alimento, son asesorados por voluntarios en cuestión de tareas y con la finalidad de incrementar sus calificaciones, además de que con el apoyo de médicos altruistas reciben atención y seguimiento.

“Se les festeja en el Día del Niño, se les evangeliza, hacen su primera comunión”, concluyó la voluntaria del comedor ubicado en San Luis, Chuburná, integrante del voluntariado de María Inmaculada, quienes también operan en Nuestra Señora de la Encarnación, en Cinco Colonias, y en Nuestra Señora de Guadalupe, frente a San Cristóbal.