'Comida chatarra' impacta salud de niños yucatecos

Reconocen que en las escuelas se ofrecen productos no saludables.

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Los alumnos de educación básica consumen hasta 50 por ciento de las calorías diarias en el tiempo que pasan en la escuela.
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José Salazar/Mérida
Los lineamientos generales para la venta y distribución de alimentos y bebidas preparados y procesados en las escuelas del sistema educativo nacional han quedado en “letra muerta”, debido a que muchos planteles desconocen su contenido y las autoridades no lo hacen cumplir.

Ante ello, son cada vez mayores los estragos que la “comida chatarra” tiene en los estudiantes yucatecos, en quienes ya se han detectado casos de hipertensión arterial en el rango de los seis a los 12 años de edad, enfermedad estrechamente relacionada con la obesidad, padecimiento que también aqueja de manera severa a los infantes de Yucatán.

Estudios del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) revelan que los alumnos de educación básica consumen hasta 50 por ciento de las calorías diarias en el tiempo que pasan en la escuela y antes de llegar a su casa.

Un estudio realizado por Diana García Solano, pediatra adscrita al Hospital General Regional (HGR) No. 1 “Ignacio García Téllez” del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) halló datos que alertan sobre posible hipertensión arterial en los infantes.

“Se realizó un estudio en pacientes de seis a 12 años de Yucatán. Se incluyeron 117 de la consulta externa vespertina del HGR No. 1, de cualquier género y peso. Por duplicado se realizaron mediciones de presión arterial con el brazalete apropiado, según la circunferencia del brazo, con la técnica correcta y previo reposo de 10 minutos. También se registró información demográfica (edad, género) y antropométrica (peso, talla, IMC). Se valoró la correlación entre Índice de Masa Corporal (IMC) y presión arterial. Se compararon las cifras de presión arterial y la prevalencia de hipertensión por categorías de IMC. Además, se calcularon valores de normalidad para la presión arterial a partir de los pacientes peso normal”, detalló la pediatra.

García Solano dijo que el 47.9 por ciento de los participantes fueron mujeres y el 52.1 por ciento, varones. Además, el 42.7 por ciento tenía entre seis y nueve años y el 57.3 por ciento, de 10 a 12 años. El 43 por ciento presentó combinación de sobrepeso y obesidad.

“Los valores de la presión arterial sistólica (PAS) y diastólica (PAD) hallados se encontraron dentro de los rangos normales; sin embargo, el 7.7 por ciento de los niños presentaron Elevación Persistente de la Presión Arterial (EPPA) con mayor tendencia en los infantes con sobrepeso y obesidad”, advirtió la especialista, que realizó este trabajo para presentarlo como tesis de posgrado.

Diana García consideró necesario cuidar la alimentación de los niños, debido a que en Yucatán, las prevalencias de sobrepeso y obesidad son de 22.4 y 22.7 por ciento, respectivamente, cifras superiores a la media nacional.

“La obesidad condiciona alteraciones metabólicas y cardiovasculares que podrían resultar en elevación de la presión arterial, por ello es mejor enseñar a los niños a mantener una alimentación adecuada, tener un estilo saludable y hacer ejercicio. Sobre todo, se debe evitar la comida ‘chatarra’ en las escuelas”, recordó.

En este tema, en 2010 se establecieron los primeros lineamientos para alimentos y bebidas en las escuelas y en 2014 se reformaron para incluir sanciones conforme a lo que establece la Ley General de Educación, pero hasta ahora no se ha hecho cumplir por parte de las autoridades.

De acuerdo con la asociación “El Poder del Consumidor”, datos de la plataforma “Mi Escuela Saludable”, muestran la violación a estos lineamientos.

Las escuelas siguen propiciando un ambiente para que los niños padezcan obesidad, según reportes de los propios padres de familia.

En el ciclo escolar 2018-2019, se recibieron cuatro mil 879 reportes provenientes de cuatro mil 137 escuelas públicas y privadas, de todos los estados del país. En siete de cada 10 planteles se venden refrescos embotellados y en nueve de cada 10, comida “chatarra”, de lunes a viernes.

Además, en siete de cada 10 no se venden frutas ni verduras; en nueve de cada 10 no existe un comité que vigile la prohibición de la venta de comida “chatarra” y en cuatro de cada 10 no se cuenta con bebederos.

Esta información contrasta con los 36 reportes de escuelas saludables, en 16 entidades del país. Datos relevantes, ya que en México 30 por ciento de la población infantil tiene sobrepeso u obesidad.

Peligros de obesidad en edad escolar

El principal peligro en la alimentación infantil son los azúcares añadidos que están presentes en prácticamente todos los productos procesados (panes, jugos y cereales, etcétera), a los que los niños tienen acceso de manera sencilla, advirtió Gerardo Sagols Méndez, gastroenterólogo y nutriólogo pediatra.

El especialista de la Clínica de Mérida dijo que de 1990 a 2016 el número de niños menores de cinco años con obesidad incrementó de 32 millones a 41 millones a nivel mundial, y que de continuar la tendencia, para 2025 serán 75 millones de infantes con este problema de salud pública a nivel global.

El docente de la Maestría en Nutrición de la Universidad Marista señaló que a pesar de las campañas gubernamentales, México ocupa los primeros lugares en obesidad infantil y de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) de 2016, en niños de cinco a 11 años, tres de cada 10 presentan problemas de sobrepeso y obesidad.

Agregó que el incremento de casos en niños en edad escolar ha sido progresivo tanto en el medio urbano como en el rural, donde los estilos de vida comienzan a asimilarse a los de las ciudades.

En esta última encuesta, comparada con la de 2012, disminuyó el sobrepeso en varones porque es más fácil que hagan actividades físicas a diferencia de las niñas, sobre todo en la zona rural. Sin embargo, en adolescentes de 12 a 19 años, cuatro de cada 10 presentan sobrepeso y obesidad.

El especialista en nutrición afirmó que la prevención debe comenzar desde el embarazo, ya que es desde esta etapa cuando los niños se programan metabólicamente.

“Una madre con mala nutrición puede tener un bebé de bajo peso que estará predispuesto a esa obesidad. El círculo de la prevención debe comenzar con la planeación del embarazo, enseñar a los jóvenes acerca de las complicaciones, no solo porque les cambia la vida sino por la predisposición a la obesidad de sus hijos”, detalló.

Sagols Méndez indicó que se debe llevar una dieta sana en el embarazo, ofrecer la lactancia materna durante la primera hora de vida y de forma exclusiva al menos hasta los seis meses de edad, para posteriormente ofrecer una introducción de alimentos adecuados y mantener una vigilancia nutricional de por vida.

Dijo que el problema de Yucatán es que existe predisposición genética a la obesidad y que las cifras actuales se encuentran por encima de la media nacional, además de dos de cada 10 niños presentan talla baja.

“La obesidad es consecuencia de la dieta y causa complicaciones en la edad adulta, ya que la grasa es un tejido endocrino que libera hormonas y se comunica con todos los sistemas liberando radicales libres que causan inflamación sistémica derivando en resistencia a la insulina (diabetes)”, mencionó.

Comentó que otro problema del que hay que estar pendientes es el hígado graso, “ya que así como ya estamos viendo casos de diabetes en niños, también se presentan de hígado graso, que llevan a serias complicaciones hepáticas, por eso reiteramos que la prevención es muy importante desde el embarazo”.

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