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El equipo de médicos especialistas. (Jorge Acosta)
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José Salazar / MÉRIDA
Con la colaboración de un equipo multidisciplinario de especialistas, Mérida cuenta desde ahora con la posibilidad de realizar cirugías de alta especialidad en la medicina privada, para corregir cardiopatías congénitas en niños, casos que antes se referían a Estados Unidos.

Además, se dio el primer paso para quienes no cuenten con los recursos para estas intervenciones, que pueden llegar a costar hasta un millón de pesos, reciban ayuda por medio de un Patronato que se constituirá en breve, según anunciaron directivos y médicos de la Clínica de Mérida.

El equipo está integrado por las y los doctores Joan Johnson Herrera, Josué Nehemías Cauich Segovia y Ely Sánchez Félix, cardiólogos pediatras; Emilia Covián Molina, cardióloga pediatra ecocardiografista; Óscar Jesús Gutiérrez Camarena, cirujano cardiotorácico pediatra, así como Israel Palomo Pasos y Paola Urita, intensivistas cardiovasculares pediatras.

Dicho personal, entre julio y agosto realizó las tres primeras cirugías para cardiopatías congénitas en la Clínica de Mérida. Dos de estas complicaciones fueron a corazón abierto.

Al día de hoy, los tres pacientes pediátricos se encuentran con buen estado de salud y han sido dados de alta.

La sinergia fue posible con el apoyo, por parte de la Clínica de Mérida, de su director, el doctor Luis Alberto Navarrete Ruiz del Hoyo, el jefe de Urgencias Pediátricas, Fernando Dupinet Thomas, el jefe de Pediatría, Enrique Falcón Aguilar, el pediatra intensivista Miguel Flores Monsreal, y personal de enfermería y administración.

Primero del sureste

Los médicos de la Clínica de Mérida coincidieron en que con estas cirugías, el hospital privado es el primero en el sureste en atender este tipo de procedimientos y se declararon preparados para recibir pacientes de la región.

El cirujano Óscar Gutiérrez Camarena explicó que las cirugías que se hicieron son complejas. Una de ellas fue para corregir un problema de conducto arterioso persistente, defecto en el que el vaso sanguíneo provisorio que comunica la arteria pulmonar izquierda a la aorta en el corazón fetal, no se cierra después del nacimiento.

“Esta niña se operó con cinco días de nacida. Por lo complicado estos bebés pueden morir en los primeros días. La clave es que se le hizo el tamiz cardíaco, se detectó el problema y nos llamaron. En este caso se requirió de una fistula de Blalock Taussig, que es una medida para ayudar al bebé a que continúe con la vida y auxiliar a la crianza de los vasos sanguíneos que lleva la sangre hacia los pulmones", detalló.

Por otra parte, en el caso de los otros pacientes, las dos operaciones se hicieron a corazón abierto. Estos niños son mayores de 7 años de edad.

“Son procedimientos muy delicados, muy finos pero tienen que hacerse por un equipo con el entrenamiento necesario. Aquí en la Clínica de Mérida son los primeros casos que operan con todo el equipo de medicina cardiovascular pediátrica del Hospital Regional de Alta Especialidad (Hraepy)", acotó.

La idea, añadió, es operar a más niños y como consideran los directivos, buscar la forma de ayudar a quienes sean de recursos limitados y lo necesitan porque tanto nosotros en el Hraepy como los demás hospitales públicos, están rebasados, por eso buscamos nuevos espacios donde se puedan realizar estas cirugías, ya sea por medio de seguros de gastos médicos mayores o por medio de alguna ayuda como fundaciones o patronatos.

 

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