Inteligencia y espionaje

La “inteligencia” o "espionaje" es un rubro prioritario para las dependencias de seguridad del Estado mexicano.

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La revelación, esta semana, del diario estadounidense New York Times de que desde el Gobierno Federal se espía o investiga a periodistas, defensores de derechos humanos u organizaciones no gubernamentales es una verdad de Perogrullo, aunque el secretario de Gobernación afirme lo contrario.

Se alude a Pegasus, un programa de ciberespionaje utilizado por varios países para labores de inteligencia contra el terrorismo y el narcotráfico. Y se sabe que, desde 2011, al menos tres agencias federales mexicanas gastaron casi 80 millones de dólares en esta tecnología de una empresa de origen israelí.

La “inteligencia”, que puede ser un eufemismo para referirse al espionaje, es un rubro prioritario para las dependencias de seguridad del Estado mexicano. El 19 de junio de 2013, en “Inteligencia contra el crimen”, publicamos que la profesionalización de los servicios de inteligencia comenzó a principios de la década de los noventa, cuando grupos selectos de soldados y marinos fueron entrenados en el país por especialistas del FBI, la DEA e incluso de la desaparecida KGB rusa.

Fue entonces cuando en el Ejército y la Armada se crearon instancias para estos servicios de inteligencia militar y naval, mientras en lo civil se fue consolidando el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), surgido en 1989.

Así, la labor que realizaban quienes eran calificados en las unidades militares y navales como “orejas” del mando y que llevaban y traían información que muchas veces eran sólo rumores o chismes entre la tropa, dio un giro de 180 grados hasta integrar lo que hoy es un servicio de elite: la inteligencia militar.

Es innegable que en la actual coyuntura de la lucha contra la delincuencia organizada es de capital importancia el servicio de inteligencia para México, y todavía más: debe contar con la confianza de los ciudadanos y regirse siempre bajo el único y firme propósito de salvaguardar la seguridad de la patria.

Pero ahora nos enteramos que el software Pegasus ha sido utilizado para vigilar a algunas personas que han sido más críticas del gobierno mexicano, así como a sus familiares, y eso ofende al espiado y denigra al espía.

Anexo "1"

"Nos están grabando"

Una mañana entré a la oficina de un almirante en la Secretaría de Marina y, tras intercambiar saludos, me hizo un ademán con el que me dio entender que podrían estar grabándonos. Salimos a los pasillos y continuamos la charla, nada de importancia, era sólo una visita de cortesía, pues había sido mi comandante, trabajé de cerca con él y me gané su confianza. Era finales del sexenio salinista y las postrimerías del mandato de aquel secretario de Marina a quien la revista Proceso describió como "un hombre corpulento, de barba blanca y aspecto de marinero de novela". Nunca supe si fue cierto que hubiera tales grabaciones, pero sí que había cierto ambiente tenso en la Semar... y en el país.

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