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Una vez más queda en evidencia la incorrecta implementación del nuevo modelo educativo; esta vez se incumplió con lo estipulado en el Acuerdo 12/05/18 (por el que se establecen las normas generales para la evaluación de los aprendizajes esperados), al no entregar a los padres de familia el reporte de calificaciones de sus hijos en los cuatro últimos días del mes de noviembre, pese a que los maestros entregaron puntualmente sus resultados a la dirección de su escuela.

¿El motivo? La desinformación existente entre los directivos escolares y la plataforma de captura de datos que aún no se encontraba lista, ya que no se podían imprimir las calificaciones de los alumnos.

Ante esta circunstancia, los tutores tendrán que esperar unos días más para conocer los resultados de sus hijos durante el trimestre.

En los últimos días, los maestros externaron su inquietud y preocupación respecto de la nueva forma de evaluar considerando lo “cualitativo y cuantitativo”, en la que detallen los logros y dificultades de los alumnos, a la vez que se asigne una calificación, incluyendo la observación y el registro de evidencias durante el desarrollo de las actividades, lo cual implica tomar en cuenta las técnicas de aprendizaje (no solo los resultados) que respondan a los aprendizajes clave que debe alcanzar el alumno, sin dejar a un lado el contexto en que se desenvuelve el estudiante.

En muchos casos, la incertidumbre se apoderó de los maestros, pues, según el nuevo modelo, en la autonomía curricular, el alumno debería participar hasta en dos “clubes” diferentes de manera simultánea, pero, a la hora de calificar, los docentes no se ponían de acuerdo sobre quién de ellos asentaría el nivel de desempeño del alumno.

La otra gran contradicción es que en el nuevo modelo educativo no participaban los alumnos de 3º, 4º, 5º y 6º grados de primaria y, de 2º y 3º de secundaria, pero la autoridad educativa giró la orden de que la ley se aplique por igual a toda la educación básica, aunque aquellos grados sigan trabajando por bloque bimestrales de aprendizaje según el Plan 2011 aún vigente en aquellos grados.

Una desastrosa ambigüedad administrativa.

Lo que se vive en este nivel educativo de básica es algo que he denominado “teléfono descompuesto”: por todos lados se escucha “hay que llenar el formato tal y como lo indicó el director de la escuela”, “hay que esperar a que abran la plataforma para ver de cuántos caracteres está integrado el espacio para realizar los comentarios o recomendaciones”.

En lo que toca a los clubes y las áreas de desarrollo personal y social, la evaluación es complicada; desafortunadamente, en muchas escuelas, el trabajo aislado y la poca integración del personal para realizar proyectos integradores no permiten avanzar hacia el logro de los aprendizajes que el alumno requiere.

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