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En lo que podría llamarse una prolongada y accidentada posada legislativa, donde el ambiente fue muy ríspido, lleno de descalificaciones, gritos y empujones, la maquinaria inquisitoria de Morena y sus adeptos políticos impusieron sus buenos deseos y repartieron el dinero austeramente para el gasto del gobierno del presidente López Obrador.

En un acto de generosidad republicana, los diputados decidieron favorecer al caído sector educativo con un aumento de 7 mil 860 millones de pesos a cargo de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para compensar y rectificar el recorte a educación superior representada por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies) que al final se repartirán unos seis mil 960 millones de la siguiente manera: la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) obtuvo dos mil 501 millones de pesos; el Instituto Politécnico Nacional (IPN), 991 millones; la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), 561 millones, mientras las otras universidades públicas recibieron dos mil 671 millones de pesos.

En contraste con el regalo navideño, destaca la disminución de los fondos públicos en rubros que se consideran sustantivos para el sector, como la educación de adultos y el Programa para la Inclusión y la Equidad Educativa y la formación comunitaria, entre otros.

Uno de los más castigados fue el Instituto Nacional de Educación para Adultos (INEA), responsable de las tareas de alfabetización y educación básica para personas mayores, al cual solo se le asignaron 2 mil 207 millones de pesos, cantidad inferior a los 2 mil 409 millones destinados en 2018.

Otro gran recorte se dio en el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), que tuvo una disminución de 300 millones de pesos, ya que sus operaciones se reducirán con la cancelación de la reforma educativa de Peña Nieto.

El presupuesto adicional asignado a educación básica apenas cubrirá los incrementos salariales del próximo año, dejando muy poco para infraestructura y remozamiento de escuelas y menos aún para capacitación de los maestros.

Aquí en Yucatán la austeridad republicana ya era bola cantada, pues el Consejo Ciudadano de Elaboración y Seguimiento del Presupuesto Estatal se adelantó a los hechos nacionales amarrándole el cinturón al gasto público que ejercerá el gobernador Mauricio Vila Dosal en 2019.

De esta manera, y previendo la sequía económica, la secretaria de Administración y Finanzas, Olga Rosas Moya, reconoció que se avecinan tiempos muy complicados en materia de gasto público, ya que la Federación le recortará a Yucatán 3 mil 387 millones de pesos, un ocho por ciento menos respecto del presupuesto de 2018, lo cual implicará serios recortes en la Segey, afectando con ello diversos programas que redundan en beneficio de los estudiantes yucatecos.

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