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En estas líneas me permitiré dar mi opinión sobre un caso que ha estado, como decimos los periodistas, “marcando agenda” al menos en las redes sociales y que ha llamado la atención de miles en las plataformas digitales, se ha hecho “viral”. Me atrevo a escribir sobre ello pues está relacionado con el turismo, mi segunda pasión.

De lo que hoy vengo a platicar es de la fotografía de un truck arrastrado por una mula. Lo que molestó a los cibernautas no fue el hecho de que se sigan usando estos medios de transporte como parte de una atracción para el turista, sino que en dicha foto la pobre mula está tirando del transporte con más de 15 personas encima. Fue cuestión de minutos para que dicha publicación se llenara de cientos de comentarios negativos, por lo que la empresa borró la fotografía, pero los facebukeros amantes y protectores del bienestar animal ya la habían descargado para utilizarla en contra de la hacienda que, según ellos, promueve el maltrato animal.

Después de este hecho, bastaron algunos minutos más para que cientos de personas estuvieran bombardeando las redes sociales con frases como: “No al maltrato animal”, “ya no vayan a esa hacienda” o hasta pidiendo que sean los dueños quienes tiren del carromato.

Lo cierto es que desde hace milenios los animales han sido utilizados en beneficio de la especie humana, y aquí tenemos que incluirlos en ocasiones como las principales atracciones turísticas; un ejemplo podría ser un paseo en camello en el medio oriente, nadar con delfines en el Caribe mexicano o recorrer haciendas en trucks tirados por caballos o mulas. No soy quien para juzgar el actuar de los defensores de animales ni el trabajo administrativo de la hacienda que busca atraer visitantes con ese tipo de actividades, sin embargo estoy a favor de la preservación, cuidado y respeto a la vida de los animales y creo que, como a todos, nos duele cuando vemos algo que no está bien, o al menos creemos que no lo está.

Siento que esta imagen no hubiera trascendido si no hubieran sido demasiadas las personas que están en esa foto, o tal vez si no la hubieran presumido en sus redes sociales.

Aquí lo único que habrá que esperar es cómo los administradores de la hacienda, ubicada en Tecoh, tomarán esta situación; ojalá esta crisis mediática no obstruya el trabajo que realizan a favor de la comunidad yucateca, y es ahí en donde se centra mi conclusión: no creo que sea correcto pedir que ya no se vaya a la hacienda, ni promover comentarios negativos, pues detrás de ese incidente existen decenas de familias que al dejar de haber visitas se podrían quedar sin empleo y sin oportunidades para salir adelante.

La solución es que se abran nuevas estrategias de promoción y recreo en la hacienda, hacer campañas a favor del ecoturismo y de la preservación de la vida silvestre. Seamos todos agentes de cambio, disfrutemos de las maravillas de Yucatán y compartamos lo nuestro.

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