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Todo comienza con una idea, con un pensamiento que se queda en la mente y nos acompaña durante todo el día y no estamos tranquilos sino hasta que lo materializamos; eso mismo sucede con los emprendedores y más ahora que estamos en una época en la cual pareciera que se convirtió en una palabra de moda, pero no es así, ser emprendedor es ser valiente, atreverse a sobreponerse de los “no” y convertirlos en “sí”, innovar, remar contra corriente y mostrar un nuevo camino o una forma nueva de hacer las cosas. Digo esto para que entiendas, amigo lector, que emprender no es nada sencillo, pero aun así los que emprenden se sobreponen y logran cosas magníficas.

Tengo la fortuna de decir que a lo largo de estos años he conocido a muchas personas que se han atrevido y caminado en la ruta del emprendimiento y para eso la edad es solo un número, no importa mucho; para hacerlo lo que vale son las ganas de querer hacer más y mejor las cosas, ésta es una herramienta que ahora está dentro de las aulas de algunas universidades, pero otros la han ido aprendiendo al paso, y esto, sin duda, es digno de admirar.

Hay ideas que parecieran sacadas de cuentos, como un prototipo de pupitre que ayuda a desarrollar la actividad cerebral del alumno, diseñado por los estudiantes Carlos Esteban y Axel Velázquez, a quienes conocí en un centro de emprendedores y me platicaron que partieron de la experiencia y lo aplicaron para proponer un mayor aprovechamiento. Otro proyecto que llamó poderosamente mi atención fue el de una pareja de la tercera edad que llegó al estado y exploró en el camino de la cosmética, por una enfermedad de la esposa que no podía utilizar ciertos maquillajes. Investigaron y empezaron a fabricar productos amigables con la salud y de ahí crearon una marca; poco a poco fueron creciendo y al momento en que me topé con ellos estaban a punto de registrarse ante el IMPI, demostrando que no es necesario ser jóvenes para atreverse.

Quiero cerrar los casos de éxito con una joven que hace poco conocí, estudia en el Tecnológico de Mérida y creó un paquete de productos para la higiene dental, todos ecológicos; su nombre es Dessireé Magaña y esta idea la inscribió en un concurso de emprendimiento en el que resultó con el primer lugar. Esto claro que llama la atención porque en la actualidad el cuidado del medio ambiente y la protección de los recursos naturales es de gran importancia, más si lo traducimos a situaciones de la vida diaria como lo hizo esta emprendedora.

Estos son apenas tres casos, tres situaciones en donde se impusieron a todos los pronósticos y, a pesar de las caídas, los tropiezos y todas las negativas, hoy en día disfrutan los frutos del camino andado, y es que tan solo estoy hablando de negocios, pero el emprendimiento es extenso. Seamos así, hay que atrevernos a ganarle al destino.

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