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Hay una frase que siempre me ha llamado la atención por todo lo que representa y fue dictada por el célebre músico y compositor jamaiquino Robert Nesta Marley, también conocido como Bob Marley, y que dice: “No sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es tu única opción”; sin duda, creo que han sido de las palabras que han marcado mi vida por muchas razones, primero que nada porque siempre he tenido esta mentalidad enfocada en hacerte ser el mejor, no ver el lado malo o difícil de las cosas y concentrarte solamente en el progreso y mejorar. Siempre vamos a encontrar en esta vida muchos problemas quizá difíciles de superar, pero la respuesta siempre está en uno mismo.

Hagamos un ejercicio: imagina que estás en una carrera, te preparaste mucho tiempo para ella y llegas con todas las ganas y las pilas bien puestas para terminarla; comienza y los primeros kilómetros son muy sencillos, entre el disparo de salida, el amontonamiento de los compañeros corredores y más ya recorriste los primeros kilómetros sin darte cuenta, pero, con el paso de la distancia y el avanzar del cronómetro, el cuerpo, como en un reloj de arena, se va agotando, las fuerzas poco a poco van dejando el organismo mientras el sudor refresca los brazos y la frente y el dolor se empiezan a presentar lentamente en las extremidades.

Sin embargo, en la mente pasan miles de ideas, regresar al punto de partida no es una opción, atrás no hay nada por lo cual volver y, aunque sea muy difícil, terminar debe ser la única alternativa; pensarán que abandonar la competencia sería un camino más sensato, pero no, volver significa que la competencia te ha derrotado y que no eres lo suficientemente capaz de superar aunque sea ese obstáculo. Ahí es donde te das cuenta de que los kilómetros ya son menos y que la meta está próxima a la vista; es cuando cambias el cansancio por una nueva y renovada motivación, que te impulsa a concluir el primer compromiso y al final el esfuerzo, entrega y perseverancia se ven recompensados con una medalla.

Todo esto lo podemos traducir a nuestra vida diaria: es la carrera, los kilómetros y el cansancio son las pruebas y barreras que se atraviesan en nuestro camino, la motivación extra son nuestra familia y amigos que nos ayudan a cumplir los objetivos y que, sin importar que fallemos, están incondicionalmente alentando; pero al final solamente tú puedes terminar la prueba, nadie más hará las cosas por ti, de ahí es donde me apoyo mucho en la frase que tiene un gran poder y que desencadenó toda esta idea.

Por eso, no importa cuántas veces caigas, sino las veces que te levantes y quedes en pie; no importa qué tan difícil se ponga el camino, la recompensa al llegar a la meta vale todo el sacrificio.

Así que no te des por vencido.

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