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Las calles de la ciudad, casi desiertas; los parques y espacios públicos, cerrados; cines, plazas comerciales y ciertos comercios, sin operar. Es una estampa que pocas veces habíamos visto en la cada vez más moderna y dinámica ciudad y ha sido efecto de la prevención, de una sociedad que, a pesar de todo, acata las reglas, que colabora y es solidaria; claramente existen sus excepciones, algunos irresponsables que se la juegan con tal de hacer de las suyas y su voluntad. Pero en este contexto existen muchas familias que si de por sí estaban mal económicamente, este problema les llega a dar un duro golpe, del cual solos difícilmente se podrán levantar.

Esta situación diariamente la escucho, muchas personas piden a gritos un apoyo, algo que las ayude a salir de este bache y, a pesar de que existen muchas iniciativas y apoyos por todos lados, es muy complicado abarcar a todos quienes necesitan algún tipo de ayuda, pero ahí es cuando entra un grupo de personas de buena voluntad, y la verdad no me voy a centrar en un solo grupo porque en los últimos días he escuchado muchas iniciativas en todas partes: iglesias, chefs, familias, escuelas, dando un poco o mucho de lo que tienen para que entre todos logremos mejorar la situación a que nos enfrentamos.

Esto no habla de otra cosa más que de la característica de los mexicanos, de la buena voluntad y el corazón enorme que hace famoso a este país. Para festejar nos pintamos solos, pero en las malas también somos los primeros en levantar la mano para apoyar, aunque sea con porras, pero apoyar. Estoy consciente de que éste es un panorama nuevo, el ritmo de vida se detuvo, pero el palpitar del corazón del mexicano no, y no se limita solo a buenas intenciones, se dirige a la acción, esa que deja huella, esa que hace la diferencia y que permite a los más desprotegidos salir de la situación en la que se encuentran.

Y es que existen opiniones encontradas de aquellos que publican o comparten estas buenas acciones en sus redes sociales o algún reporte en medios de comunicación, pero aquí es cuando les digo que, a mí en lo particular, no me importa la forma en que actúen, siempre y cuando no sea en contra de la ley o vulnere al prójimo, pero que todos ayuden en la medida de sus posibilidades. Si la idea es hacer la diferencia de manera desinteresada y buscan que más personas se sumen, apoyamos que usen la plataforma que sea para predicar con el ejemplo; hoy es nuestro momento de sumarnos, hay muchas áreas de oportunidad donde podemos entrar, dar aunque sea una mínima parte de nosotros; seamos alguien de quien podamos estar orgullosos.

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