|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Aceptarse a uno mismo es esencial para mantener la salud mental. Cuando piensas que debes ser diferente a lo que eres, que te deben gustar cosas diferentes a las que te gustan, es cuando enfrentas el sufrimiento y comienzas a estar enfadado contigo mismo por no estar a la altura de tus expectativas o de las de alguien más.

Pero esta situación solo puede llevarte a la insatisfacción, porque estarás siempre tratando de ser como no eres en realidad, fijándote metas imposibles, como los propósitos de Año Nuevo, que siempre están queriendo hacer de ti alguien diferente a quien eres.

Cuando tienes expectativas diferentes a tus verdaderos sentimientos, casi siempre es porque en tu interior piensas que, si no haces cosas destacadas o sorprendentes, la gente no te querrá, tienes miedo a ser rechazado y tratas de entrar en un molde que crees que representa lo socialmente aceptado, lo que hará que los demás te quieran. ¿Pero si estas comenzando por rechazarte tú mismo, como podrías conseguir que otros te quieran?

Cuando estás tratando de ser quien no eres, y de ser aceptado y amado a costa de lo que sea, te bloqueas de quien realmente eres, te cierras a tu capacidad creativa y dejas de confiar en los demás, por que constantemente te sientes rechazado.

Esto se convierte en un círculo vicioso que no deja contento ni satisfecho a los demás y mucho menos a ti mismo, que vives negando quién eres y qué es lo que sientes.

No hay nada malo en ti, no hay recetas para ser el hombre o la mujer perfectos. Solo podemos ser quienes somos. Lo que sí podemos hacer es dedicarle tiempo a cuidarnos, a hacer ejercicio, tomar decisiones sanas, a cultivar y conocer nuestra propia alma, vivir el día a día, no permitiendo que lo urgente le quite tiempo a lo importante y no permitiendo que la opinión de otras personas tenga más valor que nuestros propios sueños y sentimientos.

Reconcíliate contigo mismo y con tus sueños. Checa tu agenda y regálate una hora de tu tiempo, si no puedes todos los días al menos una vez a la semana. En esa hora dedícate a conocerte a ti mismo. Piensa en ti, en tus sueños, en qué te gustaría hacer. Ten un hobby. Algo que llene tu corazón y te permita meditar y descansar mientras lo haces.

Atrévete a ser tu mismo, decide qué platillo comerán en tu casa un día a la semana, piensa en realmente qué es lo que te gusta a ti, no lo que crees que los demás quieren comer. Regálate salir de la zona de confort y organizar una actividad al aire libre que siempre has querido hacer o regálate el libro que siempre has querido leer. Localiza aquella película que no fuiste a ver porque te pareció que no era apropiada. Comienza a aceptarte y enseñarle a tus seres queridos quién eres.

Sal de la supuesta zona de confort en la que vives y comprende que en realidad la felicidad se encuentra en la comunión de lo que sientes con lo que haces, de quien eres con quien representas. Todo lo demás es un espejismo que no te conduce ni al amor ni a la felicidad, acéptate y muéstrate como eres y tal vez te sorprenda cuántas personas te imitarán y aceptarán.

Lo más leído

skeleton





skeleton