No hay acto más noble y compartido que el donar sangre de manera voluntaria y sin saber en realidad a quién se va a ayudar. La sangre donada voluntariamente es un regalo que salva vidas, debemos trabajar mucho en la promoción de la importancia de donar de manera periódica para permitir que los bancos de sangre cuenten siempre con las reservas necesarias, ayudando así a los sistemas de salud a funcionar de manera eficaz.

La sangre es necesaria en muchas circunstancias: las mujeres que sufren hemorragias durante el embarazo o parte, los niños al tener paludismo o dengue o anemia causada por la mala nutrición, las personas que enfrentan accidentes o traumatismos, problemas hereditarios por hemoglobina o inmunodeficiencias, así como personas que enfrentan cirugías mayores.

Y aunque uno podría pensar que en el suministro de sangre, una necesidad universal, no existirían diferencias tan marcadas en el acceso que las diferentes personas tienen a ellos, el acceso es muy disparejo según el país al que pertenecen y su posición social, así como para poder garantizar su calidad y seguridad en su manejo.

El tener un día anualmente para la donación de sangre es vital para que todos entendamos la importancia que esta acción tiene en la vida de muchas personas y de nosotros mismos. Cada uno de nosotros debe comprometerse a donar sangre al menos una vez al año, animar a los que conocemos a que lo hagan apoyando campañas y ayudando a difundir la información.

Cada persona debe ser responsable de conocer su tipo de sangre y portar una placa o documento que lo acredite haciendo con esto más fácil la intervención en casos de emergencia.

Los posibles donadores son personas sanas de entre 18 y 60 años, que deben pesar al menos 50 kg, no tener tatuajes recientes o haber consumido alcohol o medicinas en las 48 horas anteriores la donación. Tampoco deben donar sangre quienes hayan tenido actividades sexuales consideradas de riesgo o si se ha inyectado drogas.

Se calcula que cada año en el mundo se recogen 112.5 millones de unidades de sangre, pero las que son voluntarias en su mayoría corresponden a países más desarrollados; los países menos desarrollados dependen más de donaciones de familiares y amigos al momento de necesitarla, pero la mayoría de las veces la velocidad con que se cuenta con las unidades de sangre hace la diferencia, ya que la sangre donada debe ser analizada siempre por si tiene algún virus o bacteria que podría afectar negativamente al paciente receptor, pero una vez que es analizada y comprobado que se puede utilizar, la sangre puede separarse en los diferentes componentes que son usados en diversas circunstancias.

También es muy importante el donativo de plaquetas, el cual puede hacerse con más frecuencia y sirve principalmente para personas que enfrentan tratamientos por leucemia.

En Mérida contamos con una asociación que de manera incansable ha trabajado con el fin de aumentar los donativos de sangre y plaquetas y la buena utilización de ésta cuando se logra, haciendo un vinculo importante entre los hospitales y el sector salud y los posibles donantes, que al ver la seriedad del trabajo de “Donando sangre compartiendo vida, A.C.” han aumentado considerablemente. Es importante apoyar a asociaciones que de manera altruista y profesional han dedicado su vida a este tema y a luchar por la legislación adecuada para mejorar las condiciones.

Un día, cuando la presidenta de esta asociación se encontraba cansada y un poco desilusionada, una donadora le dijo: “Marcia, cada vez que hagas esto, imagina que se lo estás haciendo a Dios y así pesa menos”.

Agradezcamos la labor incansable de todo un engranaje social que permite que la sangre esté disponible cuando el paciente la necesite. Sé parte consciente y voluntaria de este mecanismo y ayuda a salvar vidas.