La obtención del Premio Estatal a las mejores tesis de licenciatura y maestría sobre derechos humanos, otorgado anualmente por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán, en 2018 correspondió a dos egresados de la Facultad de Derecho de la Uady.

Estos valiosos premios, alcanzados con esfuerzo y talento, fueron otorgados a Otto Castillo González y Omar Suárez Piña, cuyos trabajos ponen de relieve, una vez más, que los universitarios destacan no solo por la primicia científica o humanística de sus investigaciones, sino por esa invaluable semilla que se planta desde las aulas para que los estudiantes aprecien la trascendencia que tiene atender aspectos que afectan el entorno social y requieren pronta respuesta.

Este certamen tan apreciable, cuya convocatoria se publica desde hace ocho años en el nivel de licenciatura, y tres en el de maestría, resulta de un silencioso trabajo a favor del fomento de las tareas investigativas sobre los derechos humanos, a cargo del Departamento de Investigaciones de la Codhey, donde se han elaborado interesantes textos.

Hasta hace unos meses este Departamento estuvo a cargo de la abogada María Teresa Vásquez Baqueiro, a quien se reconoce como la principal impulsora del fomento a la investigación y que incluso es considerada como una de las mujeres más preocupadas por la difusión de los estudios que realizan la Codhey y las organizaciones de la sociedad civil en la revista Sentido Humano, editada desde hace muchos años.

La conjunción que se observa entre la agenda de la Uady en materia de derechos humanos, que cuenta con inspiradores programas de atención a personas mayores, pueblos originarios y de equidad de género, entre otros, con el fomento a la investigación impulsado por la Codhey, nos coloca frente a un rubro que pudiera explorarse con mayor profundidad para beneficiar a los más necesitados. Si uno lee el contenido de las tesis ganadoras en 2018, y descubre, por ejemplo, el manejo profundo que hace Otto Castillo González del tema de la violencia obstétrica, estoy seguro que descubrirá una muy bien planeada investigación sobre una modalidad de violencia contra las mujeres menos visibilizada y acaso menos estudiada.

Lo mismo ocurre con la disertación de Omar Suárez Piña, en cuyas páginas transita, con un leguaje ameno, el tema de las personas mayores, demandando incluso que México se sume a los países signatarios de la convención internacional donde se comprometen a una atención más humana para los ancianos.

Esperaríamos que estas labores, fecundas como pocas, fueran comprendidas y crecieran en sentido geométrico de cara a la inminencia de los cambios que se avecinan en la Codhey.

Detenerlas sería quebrantar un camino despejado.