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De acuerdo con la información publicada por Alejandra Ramírez Zarzuela y Agustín Celis Sánchez, en los países escandinavos del norte de Europa y especialmente en Dinamarca, Noruega y Suecia, es muy consistente la creencia en un ser mítico del cual se dice que vive en las cavernas ubicadas en los bosques húmedos de esos países. Tienen apariencia humanoide, pero su tamaño es muy superior al humano, tanto que pueden alcanzar hasta tres metros de estatura.

Brenda Rosen, otra mitóloga, añade a lo anterior que los trolls –que así se llaman esos seres- son muy burdos, feos y generalmente muestran rasgos anatómicos de otras bestias, como cuernos, piel peluda o rugosa. Se cuenta que sus brazos son muy largos, tienen joroba y sus orejas, al igual que sus narices, son desproporcionadamente grandes. Los trolls suelen ser descritos como seres poco inteligentes; pero, por otra parte, son astutos para robar y acumular tesoros. También suelen secuestrar bebés humanos y sustituirlos por sus propios hijos.

Ramírez y Celis agregan que, además de su carácter antisocial, los trolls tienen la espalda encorvada, un rabo largo y garras en las manos. Sus costumbres son francamente repugnantes, pues nunca se bañan, comen y beben como los animales. Por estas características son considerados como unos de los seres más repulsivos de la Tierra.

El rasgo más conocido de los trolls es su fobia a la luz natural y tienen motivos bien fundados para temerle, pues si son alcanzados por los rayos del sol inmediatamente se convierten en piedra. Por eso viven en el norte de Europa y específicamente en las cavernas. Estos temibles seres se ven forzados a salir de sus cuevas por las noches para ir en busca de sus presas.

De acuerdo con todos los autores citados, los trolls se alimentan de carne cruda y lo peor es que tienen una notable preferencia por la carne humana. Sin embargo, a falta de ésta se conforman con cualquier otro animal o con los enanos, a los que tienen verdadero odio.

El resto de los animales del bosque, mucho más pequeños y débiles que los trolls, utilizan su inteligencia para escapar de estas desagradables criaturas, que se caracterizan por su corto entendimiento y estupidez. Cualquier animal del bosque, mínimamente sagaz, puede engañarlos con alguna artimaña y evadirse de ellos.

Rosen dice que los trolls pueden cambiar de forma y tener apariencia de rocas, troncos o animales. Esta cualidad les facilita la obtención de sus presas. El término troll posiblemente se derive de un vocablo nórdico antiguo que significa “mágicos”.

Finalmente, el investigador Joel Levy comentó que, en una visita al Parque Jötunheimen de Noruega, un guía de la región le señaló dos rocas de extraña forma y afirmó que eran sendos trolls que fueron sorprendidos por la luz del amanecer. Con esta aseveración se consolida la creencia y vigencia del mito.

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