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El investigador de la flora y escritor Narciso Souza Novelo publicó un relato muy interesante sobre el origen de dos árboles muy comunes entre los mayas de la península yucateca. Uno que hace daño y el otro que cura el mal producido por el primero.

En un cacicazgo floreciente del Mayab, gobernaba un cacique, que tuvo la dicha, después de varios años de casado, de procrear dos gemelos varones con su esposa. Durante los primeros cuatro meses los niños eran idénticos, pero al crecer se fueron diferenciando en cuerpo y carácter. Chéechem era robusto y de carácter agresivo. En tanto que Chakaj era más delgado y bondadoso.

Cuando se hicieron hombres, Chéechem sentía envidia y odio por su hermano, pues a este último todos lo apreciaban y lo consideraban digno sucesor de su padre. La relación entre ellos se tornó más tensa pues Xmuuts’, la única hija del cacique del pueblo cercano, iba a elegir pareja para casarse y estaba en el apogeo de su juventud y belleza.

Los jóvenes pretendientes tenían que competir en varias pruebas atléticas si querían ser esposo de Xmuuts’; las principales eran la carrera, el salto y el tiro con arco. Los dos hermanos estaban entre los contendientes. El día de las competencias, los participantes se esforzaron al máximo, pero Chakaj fue triunfador. Todos celebraron aquella victoria, menos Chéechem.

En la noche siguiente al evento, Chakaj visitó furtivamente a Xmuuts’ en su casa para amarse mientras todos dormían. Antes del amanecer, el galán se retiró de la casa y se internó en el monte. A pesar del sigilo, no faltó alguien que viera lo sucedido y muy pronto el rumor llegó a oídos de Chéechem.

Éste, en la siguiente noche, espió a su hermano, lo vio salir de su casa y dirigirse al pueblo cercano hasta la casa de la bella Xmuuts’. Al comprobar que el rumor era cierto, su coraje y envidia le hicieron planear de inmediato una mezquina acción. Se escondió entre los árboles del monte y cuando Chakaj estaba de vuelta, el malvado se le echó encima a su hermano y lo estranguló.

Chéechem, inmediatamente después de su crimen, escuchó la voz del Dios de los Montes que le dijo: “Tú seguirás haciendo daño a la humanidad, pero tu hermano estará cerca para curar las heridas que produzcas”. En donde sucedió el crimen crecieron dos árboles, el chéechem, cuya savia produce unas llagas sobre la piel de la persona que se cobije en su sombra, y el chakaj, del cual se obtiene el remedio para curar esas lesiones.

Souza Novelo concluye su relato diciendo que Xmuuts’ murió de pena al saber de la muerte de su amado. Los dioses la regresaron al mundo en forma de un arbusto con flores lilas que crece a la orilla de los caminos.

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