|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

 Por Felipe Escalante Ceballos

Hola, queridos lectores. Iniciamos una nueva cacería de gazapos. Para ello, desde temprana hora revisamos la prensa diaria.
-Empuñamos la honda y el pedrusco se dirige a la columna de un reportero versado en cuestiones de la política nacional. El redactor lamenta el suceso en el que perdieron la vida la gobernadora de Puebla y su esposo, el ex gobernador y senador del mismo Estado; y a continuación escribe: “Ojalá y los resultados de las investigaciones den claridad a lo sucedido”.

El periodista gazapea con la expresión “Ojalá y…”, una malsonante que usa por desconocimiento. Veamos por qué: Según el Dele, “ojalá” es una interjección con que se denota vivo deseo de que suceda una cosa. Por tanto, con decir “Ojalá los resultados”… estamos hablando correctamente. En esa cláusula está por demás la “y”, pues esta voz es una conjunción copulativa cuyo oficio es unir palabras o cláusulas en sentido afirmativo, cosa que no ocurre en la oración mencionada. Cae el primer gazapo y cuidadosamente lo guardamos en el morral de cazador.

-La abogada Concepción Contreras Moguel nos proporciona otro diario local y leemos la siguiente información: “Por su parte, el director de la Facultad de Derecho de la Uady… dijo que ‘nos encontramos de luto, porque las balas asesinas cegaron el 3 de enero de 1924 la vida de Felipe Santiago Carrillo Puerto’”. Error del redactor, que no del director de la Facultad. La vida no queda ciega, ni en sentido figurado.

El Diccionario de Dudas del Idioma refiere que cegar y segar son palabras homófonas, es decir, que suenan igual, según la pronunciación en Hispanoamérica. Cegar es quitar la vista a alguno, turbar la razón, cerrar, macizar alguna cosa que antes estaba hueca o abierta, como puerta, pozo, cañería, etc. Como ejemplos prácticos de cegar dice: “Me cegaron los faros del coche que venía a contravía. Sufrió una enfermedad que lo cegó lentamente. Lo cegó la ira. Cegaron la puerta de ese edificio para evitar que alguien se metiera”. Segar significa cortar y puede referirse a la hierba, a algo que sobresale, o a la vida. Ejemplos de ello son: “Es la época de segar el trigo. Un hecho de tránsito segó la vida de dos personas”.

En conclusión, en el escrito a que nos referimos está mal empleado el verbo cegar; debe decir: “las balas asesinas segaron… la vida de Felipe Santiago Carrillo Puerto”. Un gazapo más cae en la buchaca.

-Siempre con el tema de Carrillo Puerto, un historiador echa su cuarto a espadas y en el Facebook, entre otras cosas, dice: “Luego de volver a la cárcel por asesinar a un hombre en defensa propia”…

No. Don Felipe no asesinó en defensa propia. Asesinar es matar a una persona con premeditación, alevosía, etc. Se trata, pues, de privar de la vida a alguien con las agravantes que señala la ley. Es un homicidio con toda intención, mientras la defensa propia es repeler una agresión. Entonces, no puede existir un asesinato en defensa propia. Ambos términos se oponen. Ponemos fin a la cacería con un buen gazapo.

Hasta el próximo tirahulazo...

Lo más leído

skeleton





skeleton