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En el show anterior dejamos claro que la homosexualidad y la ideología de género son diferentes, ser homosexual no te hace idealista de género ni ser pro-ideología te vuelve homosexual. Hablamos también sobre fisiología y concluimos que todos somos diferentes, por lo tanto la igualdad es pura falacia. Queda por comentar el valor del respeto y la próxima semana los derechos, los cuales tenemos (no debemos, tenemos) que respetar.

Hay una frase que seguramente ya has escuchado: “Si quieren respeto que se den a respetar”, la suelen decir en referencia a los pseudo-carnavales que los idealistas de género realizan. Pero lo lamento, el respeto no se gana, el respeto se adquiere por el simple hecho de ser seres humanos y por lo tanto tenemos que respetar a quien sea, incluso a tu enemigo, pues quien respeta abofetea con guante blanco. La pérdida de respeto no habla solamente de homofobia, sino de tu mala educación e intolerancia. Entonces, ¿el carnaval idealista es correcto? No, una cosa es celebrar el orgullo y otra la exhibición. En el capítulo pasado dijimos que todos somos libres de hacer lo que queramos, pero mi libertad acaba donde empieza la del otro y si lo que hago es irrespetuoso entonces ya estoy afectando la libertad del prójimo. La calle es libre, cierto, por tanto puede caminar un niño y si realizo algo inmoral que afecte la libertad de su niñez o de su tránsito, entonces estoy actuando mal. No vale pedir respeto si no se sabe respetar. ¿Y el carnaval que se hace en febrero con mujeres semidesnudas es correcto? Es el mismo caso pero se destina una fecha, un lugar y hay un aviso, tenemos noticia de que en Mérida se hará en febrero o marzo, sabemos qué es lo que habrá y conocemos que es en un lugar específico. Si acudimos a verlo es porque aceptamos lo que vamos a encontrar y si alguna persona introduce situaciones sexuales sin censura, como ir vestido de pene, entonces se le considera inmoral y estaría infringiendo la ley. Si los idealistas quieren un carnaval incluyente, entonces deberían juntarse con el ya programado.

No suelo acudir a antros, pero cada vez que he ido, en estos últimos dos años (de más joven iba bastante) me he fijado que algunas parejas homosexuales suben a las mesas y sillas para agasajarse y claramente aprovechar que otros los vean; esta situación, que también se da ¡y bastante! en parejas heterosexuales, es completamente inmoral, no es nada raro que por eso incomode a algunas personas. Llamamos inmoral a algo que le falta al respeto a otros, un agasajo público no es muestra de cariño, es un exhibicionismo que muchos psicólogos pueden etiquetar como necesidad de atención y que claramente es irrespetuoso para los que se encuentran en el lugar, de hecho está demostrado que cuando personas se “besuquean” es natural mirar hacia otro lado.

El respeto es magia y el truco es simple: respeta y cuando todos respetemos los pensamientos ajenos, las religiones, los comentarios, seremos más felices y habrá por fin paz. Seamos o no partidarios de una ideología, este valor es para todos.

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