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Este fin de semana estuvo rodeado -como muchos otros- de amigos, de esos que te has topado en la vida durante años y con quienes has vivido incontables hazañas. De los personajes con los que conversas a tu alrededor de la renuncia del secretario de Hacienda, lo que opinas del presidente, o de la más reciente película estrenada en cartelera, pasando por lo que ocurrió en casa, la fractura de los dedos del pie y muchos temas más. Eso son los amigos, con quienes puedes charlar siempre, que son como terapeutas, porristas, confesores, couchs de vida y mucho más. Depende de si necesitas una celebración, un consejo, acompañamiento, un hombro donde llorar, en fin repetir esas aventuras o desventuras que se transforman en nexos.

Leyendo sobre lo que acontecerá esta semana que comienza encontré que el 20 de julio se celebra el día del amigo, efeméride que desconocía pero que puedo mega celebrar porque soy de las afortunadas que necesitan más de dos manos para contar a esos seres que me han acompañado a lo largo de décadas.

Ayer una amistad de reciente adquisición me confesaba su sentir de no confiar en las personas y que no tiene amigos y entiendo perfecto el porqué. Este es un asunto de lealtad, que, según el diccionario, es el sentimiento de respeto y fidelidad a los propios principios morales, a los compromisos establecidos o hacia alguien. Y en otra de sus explicaciones dice que es una relación de reciprocidad donde especialmente la confianza juega un papel importante.

Para mí es cierto. El asunto de los amigos es un tema de lealtad, no importan los años, las experiencias vividas o los asuntos que los ligaron para llegar a esa relación. Tampoco el tema de la distancia y frecuencia con la que se encuentran. Yo presumo de tener amigos de mucho tiempo, de esos con los que disfruté los éxitos de la escuela, las travesuras y aprendizajes de la primaria, los regaños y las experiencias de la secundaria, las ganas de hacer más y competir en la preparatoria, los momentos de quemar pestañas aprendiendo los textos o ir al cine para hacer un análisis de la universidad, los que me ha regalado el trabajo que afortunadamente son muchos, o con quienes he disfrutado largos viajes alrededor del mundo porque también tengo amigos que me han heredado otros amigos. Fabuloso, ¿no?
En fin, creo que quienes tienen personas leales con quienes discutir cómo reparar la capa de ozono, dónde festejar tu próximo cumpleaños, qué vamos a hacer para evitar la inseguridad, qué auto puedes comprar, a dónde debes ir de vacaciones, por quién vas a votar en las próximas elecciones, o si debes mudarte de ciudad, no tienen más que hacer ya que lo tienen todo, como diría el ilustre David Salomón. Lo demás es cuestión de proponerte ser feliz y trabajar con muchas ganas en lo que te apasiona.

Yo mejor aprovecho que es lunes para desearles feliz cumpleaños a los amigos que nacieron en julio, y que son amigos por partida doble. ¡Que sea feliz!

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