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Esta semana en muchos países del mundo se festeja, celebra o conmemora, dependiendo del entusiasmo, el Día del Abuelo, para muchos una imagen de personas nobles, llenas de cariño, divertidas y que dan una infancia inolvidable ya que enseñan a valorar a la familia y la vida. Aunque otros tengan una relación distante o nula.

Sin embargo, también en muchos casos, en México, los abuelos se han convertido en las niñeras de los hijos que trabajan y requieren del apoyo de sus padres para compartir la educación de los nietos, aunque estoy segura de que la mayoría lo hace sin pesar o con muchísima felicidad.

Los abuelos tienen como ventaja sobre los padres que no cargan la responsabilidad per se de la educación y pueden permitirse el lujo del juego, de la complicidad, aunque el respeto no debería desaparecer de ninguna relación.

Escuchar a la autoridad nacional comentar que los abuelos pueden hacerse responsables del cuidado de los nietos me parece una situación demasiado generalizada porque conozco muchos abuelos que continúan trabajando y deben dejar pendientes algunas de sus tareas para acudir al llamado, generalmente urgente, de los hijos en este tema de compartir la obligación.

En fin, la realidad de cada persona en nuestro país es diferente, incluso cuando se ha celebrado por años la mezcla del día de las personas de la tercera edad, que es el 28 de agosto, con el festejo a los abuelos, quizá asumiendo que si pasaste de los 60 años deberías tener nietos.

Mis sobrinos, de los que algunos ya pasaron la mitad de los 20, son personas que siempre dejan tiempo a sus abuelos y consideraciones que me encantan en este mundo de millenials distraídos y abstraídos.

Algunos de ellos, no todos, van en su búsqueda sin ninguna obligación más que pasar un rato conversando, compartiendo algún partido de futbol o de beisbol, la comida del día, un refresco antes de regresar a casa o a la escuela o bien, esa escapada traviesa de perder un momento por un buen abrazo.

Me parece genial, porque los abuelos de hoy son personas diferentes, mucho más activas, aunque con más responsabilidades, que seguramente encontrarán en esta relación un tema de beneficio, ya que también reciben amor y cariño por parte de sus nietos.

El tema que me gustaría incluir que deberíamos compartir, además de la responsabilidad de la educación, de ir por ellos a la escuela o llevarlos al doctor, los momentos de placer con los abuelos, las comidas en familia, las tardes de ocio o alguno que otro viaje, es que tus papás no solo son los cuidadores y enfermeras de los nietos. No solo deberíamos verlos un momento de lunes a viernes cuando están en su trabajo no remunerado. Habría que decirle al presidente.

Yo mientras aprovecho que es lunes y que aún faltan unos días para el 25 de julio a fin de desear a todos los abuelos que disfrutan esta tarea que tengan una extraordinaria vida. ¡Que sea feliz!

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