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Imposible dejar de felicitar a nuestros legisladores que, no obstante las críticas de que han sido objeto por sectores contrarios a las mayorías, interpretaron y representaron justamente el sentir nuestro en defensa de la familia.

En esta misma sección, el columnista huésped Víctor M. Chan Martín expuso clara y concretamente el tema, por lo que no caben mayores aclaraciones. Pero sí me voy a pronunciar entre la diferencia de intención cuando se reclaman DERECHOS, pero implícitos a éstos se exigen PRIVILEGIOS. Queda perfectamente claro que detrás del matrimonio igualitario vienen la adopción y otros derechos que por su importancia deben ser cuidadosamente privilegiados a personas que probadamente los merezcan.

Como dice el colega, a qué homofobia se refieren cuando un integrante de pareja homosexual obtiene un sitio de privilegio en la asociación de padres de familia de una escuela y se codea con los demás miembros, mujeres en su mayoría, con una conducta femenina, aceptada solo para no parecer homofóbico.

Respeto y defiendo abiertamente la relación entre dos hombres o dos mujeres que conformen una feliz pareja y vivan juntos, pero dos hombres o dos mujeres, no un hombre que se conduce como mujer o una mujer que pretende parecer hombre.

Soy homofóbico con las personas que pretenden exponer estas conductas como actos ejemplares de libertad de expresión y las publicitan confundiendo a niñas y niños que están formándose un criterio para convivir en nuestra sociedad. Me declaro homofóbico con los exhibicionistas que desfilan por las calles en las manifestaciones, con poca ropa y grotescamente maquillados, criticando a los que ellos llaman homosexuales de clóset, solo porque con categoría y respeto a las costumbres viven su intimidad con discreción. Estos sí merecen ser respetados.

Realmente no siento fobia hacia nadie, soy abiertamente tolerante porque ésa es la posición que me conviene por salud mental. Pero me parece injusta la fobia que esta minoría manifiesta hacia los que no compartimos sus preferencias sexuales, refiriéndome nuevamente al texto de mi colega, que les recomiendo leer a los dos o tres que no lo hayan leído. DERECHOS SÍ, PRIVILEGIOS NO.

ENTRE OTRAS COSAS. La promoción cultural que realizan las academias de danza, canto, actuación, etc. es admirable y merecedora del impulso que la Sedeculta les está dando en todo el Estado. Personalmente disfruté, en el Teatro Foro Colón, la presentación por fin de cursos de la escuela de baile STUDIO 34. Impresionantes coreografía y bailarinas, algunas de muy corta edad, pero ya disciplinándose en la danza que seguramente les dará “CUERPOS SANOS CON MENTES SANAS”, parafraseando a JUVENAL. Serán jóvenes que traerán conductas sanas a nuestra sociedad, tan urgida de ellas.

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