|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Las cicatrices que dejaron las huellas del proceso de elección interna en el PRI fueron muy evidentes el domingo pasado cuando propios y extraños aclamaron la llegada del ex gobernador Rolando Zapata Bello a la sede del PRI en la Casa del Pueblo. No pasó desapercibido este acto para Francisco Torres Rivas, político tricolor fortalecido en el seno de la ex gobernadora Ivonne Ortega Pacheco.

Los apapachos y los saludos para el ex gobernador estuvieron a la orden del día, entre el celo de los seguidores de Ortega Pacheco quien junto al gobernador de Campeche, Alejandro Moreno; el ex secretario de Salud, José Narro, y el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, está en la carrera para dirigir al Revolucionario Institucional.

Con sentido de urgencia, la ex mandataria no desaprovechará cualquier ring que le permita disputar la dirigencia aun cuando en Yucatán tenga a varios detractores que al final de su administración optaron por deslindarse de su mandato, a pesar de que al llegar al poder le dio jugada a todos los grupos internos: desde la vieja guardia cerverista hasta los “Panchitos” que hoy deberán superar la tentación de acomodarse en el pacto de una oposición que a nivel local todavía no encuentra su lugar en la llamada cuarta transformación.

Porque mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador le otorgue esa deferencia al gobernador Mauricio Vila para gestionar recursos y programas sociales para Yucatán, la urgencia política del PRI local tendrá que ser lidiar con el sometimiento moral que la 4T ha propinado a una oposición tricolor que a nivel nacional posee etiquetas de corrupción y con negocios al amparo del poder.

En el PAN la cosa no está mucho mejor: ante el saldo electoral del domingo pasado, con un desánimo de participación del 70% y la evidente vigencia del voto opositor, es deber moral del presidente estatal del PAN, Asís Cano Cetina, cerrar filas en torno a su partido, reforzar las estructuras y fortalecer los relevos sin componendas, pues está visto que a nivel nacional Marko Cortés no realizará la autocrítica pospuesta desde la derrota presidencial de Ricardo Anaya, quien a su vez cobijara la candidatura gubernamental del alcalde Renán Barrera.

¡Quién diría que la 4T tiene efectos muy particulares en Yucatán! Por eso, hoy tenemos a Joaquín, “Huacho”, Díaz Mena nadando de muertito, colocando a sus parientes en la nómina del Issste y observando que la oposición, además de haber perdido el poder hace casi un año, también extravió la vocación de disputarlo.

Ésa es la derrota mayor del PAN y del PRI: resignarse frente a la ola morenista.

Lo más leído

skeleton





skeleton