Si algún ADN tienen los priistas es el de la concepción y el ejercicio del poder, ya que han demostrado que poseen la capacidad de reinventarse. Hace ocho años, la sociedad les dio una segunda oportunidad de regresar al poder presidencial con el arribo de Enrique Peña Nieto a la Presidencia de la República.

Los priistas también ganaron en algunas entidades del país y enarbolaron el discurso de que eran una nueva generación y ofrecieron que, por lo tanto, en el ejercicio del poder serían diferentes.

No fue así: los nuevos políticos del PRI -o la llamada nueva generación- le abrieron no solo la puerta al crimen organizado, y esto se puede observar en estados como el vecino Quintana Roo, Veracruz, Coahuila, Chihuahua, sino que además depredaron de manera escandalosa los recursos públicos, alejándose cada vez más de sus bases populares y campesinas.

Estos errores y escándalos la sociedad se los ha cobrado de nuevo al PRI y todavía les falta a los tricolores vivir algunos fracasos en las contiendas políticas próximas. La marca tricolor en estos momentos está muy desgastada ante la sociedad que identifica a los priistas con corrupción y desvío de fondos.

La gran fortaleza que tenía el PRI, que era la de preservar y construir instituciones, actualmente es cuestionada, sobre todo cuando se habla o se analizan los temas de seguridad, pues salvo algunas honrosas excepciones sus gobernadores terminaron vulnerando sus postulados y poniendo los aparatos de seguridad al servicio y a disposición del crimen organizado.

En el caso del PRI en Yucatán, algunos de sus candidatos fueron involucrados con denuncias documentadas en el mal manejo del erario y en un ejercicio del poder en donde prevalecía el influyentismo, pero aun con estos señalamientos ese partido hizo candidatos a varios acusados.

Claro que al proponerlos a la sociedad muchos de ellos no solo fueron rechazados para ocupar puestos de elección, sino que también recibieron o fueron objeto de una estrepitosa derrota electoral. De la misma manera también hay que decir que algunas de las propuestas que hizo el PRI fueron avaladas por la sociedad y rcibieron el voto de confianza.

En el seno del PRI se menciona con insistencia que el grupo que encabeza el ex diputado federal Liborio Vidal y su alianza con el Partido Verde Ecologista la llevará en coalición con Morena. No hay que olvidar que las relaciones de Vidal Aguilar con el dueño de la franquicia morenista son históricas y que los dos coincidieron en el PRD. Las circunstancias los podrían hacer coincidir de nuevo.