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Estos son los contextos que se vivieron en días previos al jueves 18 de octubre, cuando se realiza la captura y luego la liberación de Ovidio Guzmán, hijo del famoso capo de la droga Joaquín Guzmán Loera.

El 3 de octubre el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Eduardo Medina Mora presenta su renuncia. Detrás de esta dimisión está la “actividad sospechosa” que la National Crime Agency del Reino Unido detectó en transferencias millonarias hechas desde México a HSBC Uk Bank de Londres por un total de 2 millones 382 mil libras esterlinas y en EU de 2 millones 130 mil dólares.
El viernes 11, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) hizo un requerimiento de información sobre las cuentas del líder petrolero Carlos Romero Deschamps. El lunes 14, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda congela las cuentas bancarias del ex senador priista.

El mismo lunes, 13 policías fueron asesinados en una emboscada en el municipio de Aguililla, Michoacán, y se adjudicó la mascare el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) cuya expansión y consolidación fue en el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto. El 15 del mismo mes ocurre un enfrentamiento entre militares y un grupo armado en Iguala, Guerrero, con un saldo de 15 civiles y un militar muertos.

El periódico El país de España publica el miércoles 16 que el encarcelado abogado Juan Collado, a quien la justicia de Andorra ordenó embargar 76.5 millones de euros (unos 83.1 millones de dólares), es investigado en México por asociación ilícita y lavado de dinero. Se trata del abogado de Peña Nieto.

Previo a todo esto, el presidente lamenta la sentencia dictada contra El Chapo en los EU y dice que ha gestionado una visa humanitaria para doña Consuelo Loera, mamá del capo, y que le pareció bien la decisión del propio Joaquín Guzmán de que su fortuna se distribuya entre los pueblos indígenas.

Además, para pacificar al país, el gobierno federal pretende legalizar el cultivo de la mariguana, cuya siembra se realiza en sitios donde mandan grandes capos como Rafael Caro Quintero e Ismael “Mayo” Zambada, quienes serían parte fundamental en la pacificación de una región importante. Se señala que capturar a Ovidio Guzmán sería para su extradición a los EU y quien saldría fortalecido sería el presidente Donald Trump cuando están cerca las elecciones en ese país y él no las tiene todas consigo.

El Cártel de Sinaloa todavía no se repone de la aprehensión de uno de sus líderes históricos, Guzmán Loera, como para permitir otra baja, con la cual se fortalecería el CJNG, que ha retado abiertamente a AMLO y pone en peligro la pacificación que pretende realizar el gobierno federal.

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