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Durante décadas los profesores vivieron una luna de miel con el gobierno que les permitió ser uno de los sectores mejor pagados del país, pero eso cambió en los tiempos del presidente Carlos Salinas y los profesores salieron a la calle a defender sus ingresos. Era una lucha que los beneficiaba solamente a ellos, de manera que la base social que los apoyaba fue muy escasa.

Hacemos ese apunte para analizar ahora la convocatoria que acaba de hacer el sector empresarial yucateco a fin de que toda la sociedad se le una para protestar contra los exagerados aumentos en las tarifas de electricidad. A diferencia del caso de los profesores, los ajustes a esa energía perjudican a todos los sectores, de manera que la convocatoria debería tener amplio respaldo.

En conferencia de prensa el reciente martes 6, los líderes empresariales expusieron la forma en que el alza en los cobros de la CFE no solamente los perjudica a ellos, sino a toda la población, puesto que los incrementos elevan el costo de producción de bienes y servicios, y ese aumento se transfiere a los consumidores.

Y otro efecto negativo importante es que las inversiones que se requieren para crear más empleos tienen que reducirse, además de que con frecuencia las empresas deben ajustar sus gastos, lo que inevitablemente incluye el despido de padres de familia que ven con desconsuelo cómo la falta de conciencia de la “empresa de clase mundial” lesiona a sus seres queridos.

Para mayor preocupación de todos los afectados con el arbitrario e insensible aumento de precios de la energía, el presidente electo Andrés López ya anunció que quien se encargará de dirigir la abusiva Comisión es nada menos que Manuel Bartlett Díaz, antítesis del funcionario flexible y servicial que debería haber en las dependencias federales y estatales. ¿Qué pasará cuando tal sujeto se haga cargo de la CFE? Seguramente que nada bueno.

Como último comentario planteemos unas preguntas: ¿por qué tenemos que sufrir los mexicanos los desprecios, abusos y arrogancia de una empresa que se supone está a nuestro servicio? ¿Cómo llegamos a los niveles de injusticia y soberbia que exhibe esa “empresa productiva del Estado mexicano”, cuyos funcionarios se sienten más bien integrantes de un privilegiado círculo de poder y de abuso, en vez de los servidores públicos listos a atender a quienes les pagan sus salarios, es decir, los ciudadanos como usted y yo?

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