|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Una palabra que está en la mente de muchos ciudadanos y en la boca de analistas e inversionistas es incertidumbre. Y está porque en estos primeros meses del gobierno del presidente Andrés López no acabamos de discernir cuál será el rumbo del país, pues a diario nos enteramos de decisiones que, si bien pueden tener objetivos nobles, conllevan importantes daños colaterales al pueblo llano, ese que con su voto prácticamente le extendió un cheque en blanco al político tabasqueño.

Está el caso por ejemplo de la drástica reducción de 50% en el subsidio a las estancias infantiles, lo que nos parece por lo menos una grave falta de sensibilidad hacia las necesidades de miles de mujeres que trabajan, muchas de ellas madres solteras.

Quienes tenemos hijos o nietos sabemos la marcada diferencia que hay entre un niño que alcanzó cupo en una de las insuficientes estancias infantiles, y otro que se queda en casa al presunto cuidado de un familiar que, sin preparación para afrontar una tarea de ese tipo, la mayoría de las veces deja al pequeño en manos de la televisión. ¡Qué desgracia!

Las estancias infantiles no solo sirven para que la niña o niño pasen algunas horas ahí mientras sus padres trabajan, sino que en esos lugares los pequeños aprenden a relacionarse, adquieren confianza en sí mismos y avanzan en fin en varias áreas de su personalidad que es importante cultivar desde temprana edad.

¿Por qué el recorte? La explicación oficial es que el dinero que servía para las guarderías –muchas de las cuales son presuntamente gran negocio de pocas personas– se les entregará directamente a los padres para que ellos decidan si lo utilizan en pagar los servicios de una de esas “escuelitas”, o lo destinan a recompensar al pariente o persona cualquiera que se quede a cuidar a los menores.

Otros menos crédulos afirman que el recorte tiene un objetivo político: entregar el dinero en la mano de los ciudadanos, para hacerlos clientes de Morena y perfilar a la ciudadanía para un triunfo arrollador en las elecciones de mitad de sexenio. Analice usted esto teniendo en cuenta que en política la ingenuidad se paga muy cara; a nosotros nos parece que el castigo contra las estancias es una medida retrógrada.

Permítanos un comentario más: alarma el anuncio del secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, de que no será sino hasta dentro de tres o máximo cuatro años cuando el gobierno federal esté en posibilidades de hacerle frente con éxito al crimen organizado, pues es el tiempo que tomaría preparar las fuerzas de la Guardia Nacional.

Y mientras tanto, ¿estaremos a merced de los delincuentes? ¿El crimen organizado se sentará a esperar esos tres o cuatro años, o también buscará perfeccionar sus recursos echando mano de la gran fortuna que maneja?

Ah, qué caray. ¿A poco no son cosas como para preocuparse?

Lo más leído

skeleton





skeleton