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En todas las profesiones, crecer y evolucionar implica un gran esfuerzo, que se hace latente con los productos que entregamos para su consumo. En el caso de los actores, el esfuerzo de transmitir emociones y sentimientos con su proyección en la pantalla es el resultado de un trabajo arduo: algunos consiguen destacar por su calidad histriónica, otros solo se mantienen por el apoyo de terceros; en el caso de José María Yazpik, la evolución no se quedó en la actuación, pues el cine lo ha llevado a escribir y ahora a dirigir.

Cabe destacar que “Polvo” es la primera cinta dirigida por el nativo de la Ciudad de México, un filme que, según palabras del propio realizador, fue consecuencia a la que lo llevó el meter las manos en un guión que hablara de su lugar de origen. Además del propio José María, Mariana Treviño y Adrián Vázquez comparten los créditos actorales.

El pueblo de San Ignacio, Baja California Sur, en el año de 1982, es el espacio a donde el Chato es enviado por su jefe, se trata de su pueblo natal, donde pretende recuperar la mercancía (droga) que cayó por accidente de una avioneta, recibiendo la amenaza de que si no vuelve con el cargamento, el pueblo puede padecer las consecuencias; sin embargo, él se reencuentra con su pasado y sus emociones comienzan a transformar la situación de una manera determinante.

En apariencia es únicamente una comedia, muy entretenida por cierto, sin embargo, el Chato, personaje principal, concibe reflexiones muy sensatas sobre la forma tan peculiar como vivió la vida y el sentido que en algún momento hubiese querido imprimirle.

En un pueblo pobre, la caída de la droga resulta una gran bendición y un medio inesperado para repuntar en la escala social, sin embargo, el enviado de la mafia tendrá que acabar con esa alegría y es ahí donde comienza la verdadera reflexión.

Además de que no podemos evitar bastantes carcajadas a lo largo del filme, es una historia que nos invita a pensar, primero en las repercusiones del narcotráfico, no solo a título personal, como lo vemos reflejado en el Chato, sino en las ciudades y pueblos donde tiene lugar esta ilícita actividad.

Un largometraje que, para ser el primer intento de Yazpik, resulta un trabajo destacado, que no se queda en la clásica historia de narcos, poniendo al espectador en un estado de alerta emocional.

Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected] o sígame en mis redes sociales “CinematografoCeroCuatro” en Facebook y “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.

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