El domingo pasado celebramos el Día del Padre, efeméride que nos da una excelente oportunidad para reflexionar sobre su papel en la familia.

El Dr. Fernando Pliego Carrasco, investigador de la UNAM, publicó hace unos años un libro sobre Familia y Bienestar en sociedades democráticas, analizando para dicho trabajo más de 350 publicaciones científicas sobre el tema de 13 países como Australia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, España, Estados Unidos de América, Holanda, Japón, México, Noruega, Perú y Reino Unido.

Lo que encontró es digno de ser compartido, ya que apoyado en números fríos la conclusión es que el bienestar social aumenta entre las familias integradas por madre y padre casados y con hijos biológicos; así lo revela el 84.9 por ciento de los registros de información estadística aportada por publicaciones académicas oficiales, mientras que otras conformaciones familiares solo aseguran mejores condiciones de bienestar en 1.2 por ciento.

Lo importante de estas cifras, es que se demuestra que en las familias donde los hijos cuentan con la presencia de sus dos padres biológicos, hay menos violencia contra mujeres y niños; los indicadores de salud física son mejores; los problemas de salud mental disminuyen; los ingresos son mayores y el empleo más frecuente; hay mejores condiciones de vivienda; hay más cooperación en las relaciones de pareja; los vínculos entre padres e hijos son más positivos; disminuye el consumo de drogas, alcohol y tabaco; la conducta social de los hijos es más cooperativa; hay menos índices de delincuencia y el desempeño escolar es mejor.

La familia hoy es muy atacada desde sus cimientos, y si bien no se excluye que muchas de ellas sufren los efectos de la descomposición, de la violencia y tantas otras formas que la resquebrajan, no omitimos decir que es muy importante seguir apostándole al fortalecimiento de la figura que da origen a la sociedad. Una sociedad fuerte y sana se refleja, en primer lugar, en el desarrollo de la dinámica familiar.

El papel de un padre en la familia no es poca cosa, y aunque en muchas ocasiones se le mira como el proveedor de los bienes que sustentan el hogar, en realidad su función va mucho más allá, pues sus dones naturales le permiten contener, proteger, asegurar, garantizar, afirmar y brindar afecto y cuidados a su esposa e hijos.

Hoy más que nunca vemos en las familias jóvenes cómo papá y mamá hacen equipo para sostener el hogar y con ello favorecer que sus hijos tengan lo necesario; otras parejas luchan mucho por el sustento de cada día, y a pesar de las carencias económicas la figura del papá y la mamá es fuerte, de respeto y amor porque han sabido ser unos padres presentes para los suyos. Y también encontramos a familias cuyos padres se han limitado a proveer bienes olvidando su función primordial de crecer, educar y amar.

Traemos a colación los Consejos del Papa Francisco extraídos de sus catequesis sobre la familia para ser mejores padres y acompañar el crecimiento de los hijos que esperamos encuentren de utilidad y sobre todo nos renueve y anime para el mayor disfrute de nuestros seres queridos:
1. Un padre no quiere hijos iguales a sí mismo, sino sabios y libres.

2. Rigor y firmeza, antes que complicidad y protección. Es mejor ser padres incomprendidos que endebles.

3. Un padre debe estar presente en la familia, cercano a esposa e hijos.

4. Un padre que está presente no es un padre controlador.

5. Un padre bueno es un padre paciente.

6. Sabe perdonar y no humilla, pero no es débil o complaciente.

7. Vive el Padre Nuestro, que le permite acudir a la gracia que viene del Cielo cuando va perdiendo valentía, ya que un hijo necesita encontrar un padre que le espera cuando regresa de sus fracasos.

Tareas que no son exclusivas de papá sino que también se aplican a mamá. El compartir con los hijos momentos, situaciones o experiencias nos permiten atesorar recuerdos para toda la vida.

Aprovechemos todas las oportunidades y recordémosle a papá no solo un día cuánto le queremos, lo orgullosos que estamos de él y valoremos su presencia en nuestras vidas.