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Hemos estado advirtiendo que en nuestro Estado se está llevando a cabo una campaña publicitaria derivada de las reformas a la Ley para la Gestión Integral de los Residuos que está resultando muy confusa para la población.

En ella se está satanizando el uso de bolsas de plástico, de los popotes y de los contenedores de poliestireno en forma tan generalizada que se está dejando fuera las cuestiones que en dicha ley se han expuesto de forma puntual.

Coincidimos en el hecho de que la contaminación es real y para acabar con ella se precisan muchísimas acciones que en conjunto gobierno y sociedad tenemos que poner en práctica; no solo es preciso que exista una ley que regule el uso indiscriminado de dichos materiales, sino que también se necesita que exista un programa que eduque a la población en materia de ecología y medio ambiente en donde se apliquen las R de la economía circular en donde nada se crea, nada se desperdicia, todo se convierte: Reusar, Reciclar, Reducir, Recuperar, Repensar y pudiéramos agregar Responsabilizarnos y Remediar los efectos del uso que cada persona le damos a los residuos que generamos.

Y si somos justos, no se trata solo de bolsas, popotes o poliestireno, sino que aplica a diversos materiales de consumo como pueden ser el vidrio, las latas de aluminio, el papel, el cartón, la madera, el pet, etc.

Si leemos la ley veremos que se refiere a bolsas de plástico de acarreo de un solo uso, pero no aplica a todo el universo de bolsas plásticas, y establece claramente que si éstas se producen con un 30% de materiales reciclados o con componentes que faciliten su ágil degradación quedan exentas, es decir, con libertad para seguirlas utilizando.

Lo mismo ocurre para los popotes, estos podrán estar disponibles en los establecimientos si cumplen con la norma de ser biodegradables, y aplica también a que los establecimientos de alimentos, restaurantes, bares y similares puedan disponer de contenedores de comida y bebidas hechos con materiales también biodegradables. Todavía más, porque la paulatina reducción, sustitución o eliminación de dichos materiales se establece en diferentes plazos que de ningún modo entraron en vigor con la sola publicación de la ley reformada, sino que se contempla una transición gradual.

El mal manejo de la estrategia mediática está produciendo un daño a la industria del plástico de la cual dependen en nuestro Estado más de 10 mil familias, la pregunta que debemos hacernos si nuestro entorno está tan contaminado es ¿cómo ha llegado toda esta basura a cielo abierto, cenotes, playas, montes, parques y toda la ciudad? Ninguno de estos productos llegan allí por arte de magia. Si hemos de buscar culpables no apuntemos al plástico.

La corresponsabilidad va de la mano con implementar programas para la gestión de residuos, y por qué no, como se hace en otros países: otorgar beneficios para alentar las mejores prácticas.

No es posible concebir una vida sin el plástico, está presente en nuestras vidas en prácticamente todos los ámbitos, ya que ofrece alternativas de desarrollo con la mejor relación calidad y precio.

Lo que sí es posible es ser más responsables, prohibir no es la solución, aplicar las R sí. #YoCuidoYucatan.

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